sábado, 30 de julio de 2011

TRAGEDIAS Y ATRACTIVOS MADE IN USA


La Montaña / Oscar Loza Ochoa / 30 jun 2011.

Hasta en la tragedia hay un espacio para el absurdo.

Paco Ignacio Taybo II

Los defensores de derechos de los inmigrantes en Estados Unidos no tienen descanso. Y a veces tampoco recursos, pero no los desmaya esa limitante y, en algunos casos, ni los problemas derivados de su situación de indocumentados.

Entre esos defensores está Antonio Arias, quien lleva un litigio contra el gobierno de Estados Unidos que puede terminar en su deportación. Se gana la vida reparando carrocerías de trailers con fibra de vidrio por los rumbos de Fontana, California. Un verdadero artista en su oficio, sin que este le dé lo suficiente para vivir con decoro. Habrá que verlo en acción, pues mientras talla la parte dañada del tractor provoca al cliente con la intención de saber qué piensa sobre el trato que reciben los inmigrantes en Estados Unidos. Así recluta simpatizantes para su causa y la organización que construye con otros amigos: Angeles sin fronteras.

Ya abrieron una casa en Mexicali y como los deportados crecen cada día las necesidades rebasan cualquier capacidad. Antonio no puede cruzar la frontera, pero toca las puertas de todos sus amigos recolectando ropa, alimentos y medicinas, para hacerlos llegar a aquella ciudad. Su ejemplo y carisma son verdaderos imanes en esa labor, que tiene muchos donadores, aún entre quienes pasan apuros por la inestabilidad laborar, como mi hermano Paco.

No quiso Antonio que nuestro encuentro quedara en un intercambio de opiniones sobre la situación que viven los trabajadores mexicanos en su país y en el extranjero. Mientras disfrutábamos los raspados de una oaxaqueña que pasaba por el lugar, concretó el compromiso para una entrevista en el programa Voces de libertad que se trasmite por el 90.7 y 98.7 de FM de Los Angeles y Santa Bárbara. Y aunque los tiempos no permitieron grabar en los estudios, trabajamos esa entrevista sobre la situación económica, política, de seguridad y de derechos humanos en México desde el pueblo de Grayson, California.

Antes de salir de Los Angeles visitamos las playas de Venice. Las playas y el corredor comercial (no encontré por ningún lado que le llamaran malecón) con lleno completo en fin de semana. Las canchas de basquetbol y el gimnasio con muchos deportistas y público. Y en medio de todo aquello –insólito para un país metido en una guerra contra las drogas- consultorios que anuncian que por 40 dólares emiten certificados aprobando el consumo “medicinal” de la mariguana.

En esos consultorios hay desde luego un médico justo en el exterior del changarro y listo para atender al público. En alguno de ellos una solícita enfermera con insignias verdes que invita a comprar toda clase de pipas y otros enseres indispensables para satisfacer las adicciones, y que por diez dólares se toma una foto con los turistas.

Frente a esas “anchetas” -como dice mi madre-, pienso en los lamentables saldos impuestos por la guerra contra las drogas a la sociedad mexicana y en los fundamentalistas que desde los pinos creen -bajo el patrocinio de los gringos- que es correcto seguir imponiendo nuevos sacrificios, mientras en Estados Unidos florecen estas perlas y los negocios con el trasiego de armas y drogas. Creo que vale la pena reiniciar acción y reflexión sobre estos temas al regreso a México. Vale.

sábado, 23 de julio de 2011

Carta desde Durango



No señor sicario no me mate usted
Yo no quería estar en medio de sus balaceras
Pero tengo que vivir en esta ciudad
No señor sicario no sea usted tan cruel
No señor sicario no sea usted cabrón
Le juro que no me vuelvo a entrometer en su fuego cruzado
Le juro que no vuelvo a detener sus balas perdidas con mi cuerpo
Le juro que no vuelvo a salir después de las ocho de la noche

Jesús Marín, poeta duranguense

Extracto de la entrada número 5 compartido por NAR. Ver el texto completo aquí.

miércoles, 20 de julio de 2011

TURISMO Y MIGRACION MEXICANA


La Montaña /
Oscar Loza Ochoa

¡Oh libertad,
tu nombre en mi país
se dice hambre!
Juan Bañuelos

Bienvenidos a los Estados Unidos, es el reiterado aviso en todos los puertos fronterizos. Nada más ajeno al trato que reciben los turistas mexicanos al momento de entrar al país vecino. Todos los que hemos viajado por vía terrestre tenemos experiencias similares que nos permiten opinar sobre el asunto.

En el primer momento hay que formar una interminable fila para llegar hasta la garita internacional donde está un vista. Él es el primer filtro y decide si el viajero pasa a las oficinas administrativas a solicitar un permiso temporal. El tiempo invertido puede ir desde los 40 minutos hasta las dos horas. Luego hay que formarse en otra maratónica cola que llevará no menos de una hora para ser “atendido” por personal de inmigración, que no hace mucho esfuerzo por comunicarse en un español claro y preciso. Eso sí, se puede disponer del pasaporte, de la visa, de comprobantes de trabajo e ingresos y le seguirán pidiendo documentos que comprueben residencia y otras lindezas más.

No faltará quien justifique de mil maneras el tiempo que lleva hacer estos trámites y hasta el desgano con que se atiende a los solicitantes del permiso temporal, pero quisiera verlos buscando alguna explicación a que sólo dispongan de un baño para miles de usuarios con la agravante que está descompuesto desde hace muchos días. Personas con incontinencia o niños que requieren de los servicios sanitarios durante la larga y obligada estadía pasan las de Caín ¿o las de Abel? junto con sus familias. No necesito detallar aquí las peripecias de las madres en ese trance.

Como el mundo es muy pequeño, no faltaron paisanos que al identificarme me presentaban quejas sobre los problemas descritos y pedían que la misma fuera extendida a nuestra negligente y desentendida Secretaría de Relaciones Exteriores, para que les dijera de paso lo poco que les importa la situación que pasan nuestros turistas en la frontera norte.

Estoy de acuerdo en hacer llegar una queja, sólo que la realidad impone prioridades. Es cierto que lo descrito merece el llamado de atención, pero si así nos va a los privilegiados que para visitar la familia “hacemos turismo”, cómo les irá a nuestros migrantes indocumentados que para mantener a los suyos dejan tierra y querencias, arriesgando integridad física y moral. Para muestra un doloroso botón: una cifra creciente de paisanos que al cruzar la frontera mueren o desaparecen sin que haya mayores consecuencias a pesar del escándalo o público involucramiento de civiles norteamericanos o agentes de inmigración.

Es tiempo de que el gobierno mexicano y el Congreso de la Unión se ocupen de las trampas (mortales en no pocos casos) que significan el muro (la cortina) de hierro y la fosa, en mil kilómetros de frontera. En esas áreas de la infamia han fallecido no pocos connacionales. Hasta la televisión de Arizona, horrorizada porque el Sheriff Joe Arpaio mantiene a los detenidos indocumentados en carpas de lona bajo temperaturas de 43°C, lo ha cuestionado en los últimos días. ¿Qué dicen nuestras autoridades?

Sí quiero hacer llegar una queja, pero que no sea la voz en el desierto ni el rayo en cielo sereno, sino la voz de todos los mexicanos que reclaman respeto a los derechos humanos de los trabajadores migrantes. Al menos debemos exigir que junto a tanto acuerdo bilateral con Estados Unidos, cuya mayoría sólo satisface las exigencias de los vecinos, al menos haya un tratado binacional sobre migración, donde los derechos humanos asomen no sólo la nariz, sino todo el cuerpo.

Lo necesita aquella nación en medio del berenjenal económico en que se encuentra. Le urge a nuestro país para procurar la certidumbre de millones de familia y la gobernanza de la patria. Vale.

martes, 19 de julio de 2011

El Silencio de Sicilia

La guerra a la que nos llevaron no es la nuestra, nosotros no queremos balas ni sangre, no queremos muerte. La guerra contra el crimen organizado no es una guerra contra el narco, nuestra guerra es otra, es contra la corrupción, las complicidades y las omisiones de políticos y gobiernos que, cuando nos dan hambre, ignorancia, pobreza y violencia, también son criminales.

Fragmento del Discurso de los estudiantes de Guadalajara a Javier Sicilia compartido por NAR. Puedes leerlo completo aquí.

domingo, 17 de julio de 2011

El Gobierno de las Palabras


Charla de Juan Carlos Monedero donde comenta su libro. Muy interesantes planteamientos para interpretar "ciudadanía" desde nuevos puntos de vista. Fresco y sugerente.

Se complementa muy bien con el documental "Cities on speed #4" que cuenta la historia de los alcaldes de Bogotá en los 90. Como se tejió la historia reciente que está cambiando radicalmente la Ciudad. Antanas Mockus y Enrique Peñalosa, de rivales políticos a defensores de un mismo proyecto.


También es muy interesante compararlo con el trabajo de Sergio Fajardo en Medellín. Hay mucha información y muchos ejemplos exitosos de trabajo ciudadano, para conocer, analizar, divulgar y retomar de maneras creativas, adaptadas a nuestra realidad.

viernes, 15 de julio de 2011

La Falsa Disyuntiva de FCH



Sin embargo, detrás de esta narración (LA OFICIAL), que pocas personas honestas se creen, hay un mito estratégicamente fraguado que resulta mucho más insidioso en la medida en que tiene la apariencia de ser más razonable: el que insiste en plantear una disyuntiva entre combatir al crimen organizado o negociar con él.

Guerra contra el narco o capitulación: esta es la oposición última, el grado cero de la argumentación, al que el gobierno de Calderón apela cada vez que se le agotan las razones. Resulta sorprendente hasta qué punto un amplio sector de analistas y periodistas aceptan sin chistar esos términos.

Lo primero que habría que decir es que no se trata de una disyuntiva obvia o neutral. Es una disyuntiva cuyos términos implican un sesgo peculiar, una forma, entre otras, de interpretar un problema real. La elaboración de este tipo de disyuntivas es una fase necesaria de la conceptualización de un problema, pero así como un problema admite diversos diagnósticos o aproximaciones, los términos de estas disyuntivas son en principio variables. En Colombia, por poner un ejemplo, el gobierno de Uribe planteó una disyuntiva entre combatir frontalmente la producción de drogas o combatir los estragos sociales generados por el tráfico, decantándose por ésta última opción. En nuestro contexto particular, una disyuntiva más responsable y meditada habría puesto sobre la balanza los costos de combatir a los grupos criminales en las calles o combatir su entramado económico y sus redes de complicidad dentro del gobierno.

Sin embargo, la disyuntiva con la que el presidente Calderón quiere persuadir a los mexicanos de la inevitabilidad de su fallida guerra tiene una diferencia con las anteriores: es una disyuntiva falsa. En ella los dados están cargados desde el principio. Aunque a primera vista nos ofrece dos opciones, en realidad está formulada de tal manera que sólo una de las alternativas parece razonable o factible. Pero no debemos dejarnos engañar: su aparente razonabilidad es una ilusión. Esta falsa disyuntiva, cacareada por voceros oficiosos y retomada acríticamente por la prensa, cancela moralmente la disensión y es utilizada por Calderón para denostar cualquier llamado al diálogo y la rectificación. Para aclararnos, vale la pena hacer explícito lo que esta disyuntiva realmente dice: o se acepta a pie juntillas el modelo actual de la lucha contra el crimen organizado, basado en el principio del patrullaje policiaco y militar, así como en el descabezamiento de los liderazgos más visibles de los cárteles, o se reniega de las legalidad y se está dispuesto a negociar con los criminales. La alternativa que Calderón nos ofrece es entre ser adictos al régimen o renegados de la legalidad.

Javier Sicilia no se equivoca cuando achaca al gobierno una falta de imaginación, un dogmático apego a la violencia. El ejercicio de la ciudadanía activa pasa hoy en día por sustraerse a la disyuntiva a la que el presidente nos emplaza; recuperar el ejercicio de la imaginación ahí donde él sólo sabe ofrecernos dos callejones sin salida. Debemos leerla, pues, como lo que es: una prueba inequívoca de que el problema ha sido mal planteado. En un sistema lógico o matemático, la demostración de una contradicción es signo de que los principios de los que se partió son incorrectos: se impone revisarlos. De modo similar, un escenario en que sólo se nos ofrece una sangrienta militarización, con su nutrida dotación de lacras colaterales, o poco menos que la traición, es el argumento más poderoso para convencernos de que las coordenadas con las que se ha abordado el problema son a todas luces insuficientes. La falsa disyuntiva de Calderón sólo expresa su propia limitación profunda, su fracaso histórico a la hora de combatir al crimen organizado.

Cancelada toda esperanza de rectificación por parte del gobierno, resulta claro que corresponde a la ciudadanía, agraviada y organizada, la imposición de una reflexión profunda e imaginativa en la agenda nacional. Es necesario detenerse y revisar con seriedad los paradigmas en los que se basó esta guerra. “No hay nada menos práctico que el pragmatismo”, escribió Chesterton, al tiempo que advertía de los políticos oportunistas, que se sienten “demasiado prácticos como para ser puros y demasiado patriotas como para ser éticos”. Cuando los paradigmas pierden su capacidad de explicarnos el mundo u ofrecer soluciones factibles, es necesario abandonarlos. “Es mucho más práctico empezar por los principios”, concluía Chesterton con su característica sabiduría a contracorriente. La situación actual en México nos obliga moralmente a reinventar las preguntas para poder imaginar nuevas respuestas.

Extracto del artículo de David Horacio Colmenares (Maestro en Filosofía por las universidades de Lovaina y Barcelona. Redactor de Weary Bystanders), Compartido por nuestros amigos de NAR. Leer el artículo completo AQUÍ

DEUDA PUBLICA Y DERECHOS HUMANOS

La Montaña / Oscar Loza Ochoa

¿Puede uno contener en sus venas de nómada el flujo existencial de tiempos de soledad?
René Depestre

Insólito sí, pero cierto. Por si sobrevivía alguna duda en los que aún prenden velas al neoliberalismo, la primera medida del FMI que pretende atajar los males que las recetas neoliberales le provocaron a la economía capitalista, es un remedio que siempre les causó urticaria a los seguidores de Milton Friedman: endeudarse.

Cristine Lagarde, nueva jefa del Fondo Monetario Internacional, de hinojos le pide al Congreso norteamericano que apruebe un amplio techo de endeudamiento al gobierno de Obama. Si no lo hace –afirma compungida- el mundo sufrirá consecuencias realmente horribles. Y las cosas pintan tan mal que también se le pone plazo: que se apruebe antes del 2 de agosto. Hoy tenemos a republicanos y demócratas metidos en una discusión donde intereses de monopolios y teoría toman caminos diferentes.

Pese a los discursos de campaña también en Sinaloa la terca realidad se impone. Nos prometieron eliminar las drogas y no han disminuido ni las que dan cuerpo al narcotráfico ni las que conocemos como deudas. Con todo ello, vuelve a la polémica si la deuda pública es una palanca para el desarrollo o un obstáculo.

Los recursos que aporta una deuda no son de por sí una palanca o garantía para el desarrollo. Si no hay una orientación precisa hacia las áreas y renglones que detonen crecimiento de la economía, que impacten el empleo y promuevan un proyecto educativo ligado a estos fines, la deuda sólo es un dolor de cabeza y muchos problemas que lo alimentan, como los que ya hemos padecido por muchos años en México.

En estos próximos días el gobierno de Malova solicitará al Congreso la aprobación de un préstamo por 3 mil millones de pesos. Apenas está en su primer año y la magnitud del primer préstamo es mayor que la deuda de largo plazo (2 mil 600 millones de pesos) y que la de corto plazo (2 mil 200 millones de pesos).

Como los problemas de pobreza y desigualdad en el país y en Sinaloa son de ligas mayores –de acuerdo al discurso beisbolero del nuevo gobierno- el asunto de deuda debe ocupar la atención y la reflexión de todos.

Tan grandes son esos problemas que apenas hace unos días el ayuntamiento de Culiacán solicitó le aprobaran un préstamo por el monto de más de 450 millones de pesos. Y por si fuera poco, varios municipios están haciendo fila para solicitar la venia del Congreso en materia de préstamos, entre ellos Mazatlán, Angostura y Guasave.

Antes que otra cosa pase y el abismo económico se vuelva horizonte, la sociedad debe discutir cuáles son los límites del endeudamiento y sobre qué requisitos pueden y deben ser aprobados los préstamos.

Si el 15% del presupuesto fuera lo recomendado como tolerable, con el nuevo préstamo llegaríamos a un 24%, aproximadamente. Y si hablamos de la orientación de esos recursos, hablemos con mucha propiedad del derecho humano al desarrollo y a la planeación del mismo, al empleo, la salud y la educación.

No tenemos derecho a hipotecar el futuro de nuestros hijos. Y si hemos de tocar sus intereses, que no se nos olvide –tampoco a quienes gobiernan- que presumimos vivir en una democracia, pues en un régimen democrático los asuntos principales se consultan al pueblo. Dejarlos sólo en manos de quienes detentan el poder no se corresponde con el interés general. Esperemos salir bien librados de ese dilema shakesperiano. Vale.

jueves, 14 de julio de 2011

POBREZA, ALIMENTOS Y SEGURIDAD

La Montaña / Oscar Loza Ochoa

Las cosas han marchado tan mal para el país que amenazan con nublar vista y entendederas. Mal ha caminado la economía (no los números de las transnacionales y de los beneficiarios de la presente situación), el desempleo alcanza niveles sin precedentes, las aulas se cierran para más jóvenes de los que se reconoce oficialmente y los alimentos se encarecen este 2011 tan alarmantemente como en 2009.

Ciertamente la violencia ha impuesto sus fueros (sin fronteras) pero siendo referente del hoy, no es punto de partida ni tiene que ser destino. Quiero ser claro: hasta hace poco tiempo no cabía duda alguna sobre la prioridad de los problemas de pobreza del país, sólo el Estado insistía en que la atención a la violencia debía ocupar sus principales esfuerzos. Y lo ha hecho de tal manera, que lejos de disminuir los saldos lamentables, le ha impreso nuevos impulsos.

Ahora la violencia alcanza a vecinos, amigos y familia, no hay que negarlo; pero alguien se atreverá a negar que la pobreza y la desigualdad social han penetrado con toda la violencia que les es posible a un número creciente de hogares mexicanos. Algunos datos para ilustrarlo: el número de personas que no podrán comprar alimentos este año se incrementará de 23 a 25.5 millones, de acuerdo a una investigación del Tec de Monterrey; el Banco Mundial reconoció el año pasado que entre 2006 y 2008, el número de pobres aumentó en 5.9 millones y que el 2009 condenó a otros 4.2 millones a esa malhadada pobreza. Y una de sus innegables consecuencias son los 7.5 millones de jóvenes que no encuentran ni empleo ni espacio en las aulas. Los ninis, pues.

A pesar de los avances alarmantes de la pobreza y la exclusión que impone a crecientes estratos sociales, haciendo énfasis en que son causa y referente obligados en el tema de la violencia, en la opinión oficial sólo se impone el punto de vista desde el problema de la seguridad (la concepción restringida del Estado). Y ante ello, no pocos ciudadanos hemos estado a punto de limitar nuestra visión a la que pretende imponer la autoridad.

Pero basta con observar el comportamiento del precio de los alimentos, que este 2011 nos vuelven a dar un gran susto. En la página del Banco Mundial aparecen estas preguntas:

¿Son resultado de la especulación en los mercados de los productos básicos? ¿O es culpa de la explosiva demanda de cereales para forrajes en Asia? ¿Se debe acaso al uso de la tierra para cultivos de biocombustibles en vez de cultivos comestibles? La respuesta es que todas son razones válidas.

El Estado ha perdido la brújula y se ha olvidado de la visión planteada el 2006 sobre los problemas que exigían el esfuerzo principal. Hoy tenemos que atención y recursos dedicados a disminuir violencia y tráfico de drogas no llevaron al fin perseguido. Son un fracaso. La sociedad y los grupos organizados deben replantear las prioridades y los compromisos contraídos con la sociedad.

El triste resultado de la gestión del sexenio de Felipe Calderón es promover una guerra para disminuir la violencia, llevándonos por un tobogán que engulle ya más de 41 500 vidas y nuestros impuestos. A la vera del camino y de los beneficios del desarrollo se han quedado los pobres, sobre todo los llamados pobres extremos, los que no tienen alimentos ni pueden adquirirlos.

Ignacio Ramírez, el gran liberal del siglo XIX, tuvo la hombría de preguntarse y preguntarle al país: ¿qué hacemos con los pobres? Es tiempo de poner las prioridades en el orden que les corresponde. Es tiempo de preguntarnos y de emplazar al Estado ¿Qué hacemos con los pobres? Vale.

miércoles, 13 de julio de 2011

El Liderazgo Indispensable de Sicilia



Un poeta desgarrado y un obstinado defensor de los derechos humanos han tocado las fibras más sensibles de la sociedad y están tratando de darle un sentido organizacional a una amalgama de dolores, agravios e impotencias. Pero no es su eficacia ni sus medios programáticos lo que ha convertido a este movimiento en el más importante y representativo del principio de este siglo, sino su capacidad para comprender e interpretar sentimientos individuales de impotencia e injusticia, de pérdidas irreparables y de pulsiones sociales sin respuesta.

Lo que representa no se puede leer con las miradas habituales, pues se trata de otra cosa; acaso sea, para decirlo con los clásicos, un movimiento que ha logrado encarnar el espíritu de nuestra época: una época marcada por todas las violencias que han acabado con la vida de miles de personas - y no me refiero sólo a los que han muerto - y que comenzó con la aceptación explícita de la desigualdad como destino, hasta deslizarse muy pronto hacia la degradación moral de nuestra convivencia.

Leer completo el artículo de Mauricio Merino en el Universal de hoy.

lunes, 11 de julio de 2011

Atisbos del Porvenir: México en 2110.

Agradezco la invitación del Excelentísimo Rector de la Universidad de Castilla-La Mancha para dirigirme a ustedes a través de esta holoconferencia en torno a la situación política, social y cultural de México en 2010, mientras celebraba el bicentenario del inicio de su independencia, justo cuando se cumplen cien años de aquel momento. Celebro que la tecnología me permita encontrarme en dos lugares y dos tiempo a la vez: más aún porque así una parte del antiguo México —esa nación cuya azarosa vida se prolongó a lo largo de casi tres siglos— renace hoy en La Mancha, la comarca reinventada por Cervantes que aún sirve de inspiración a ese vasto territorio de habla hispana que se extiende desde Canadá hasta la Patagonia.

Mucho ha cambiado el mundo desde entonces: para empezar, a partir de que México se incorporase a la Unión Americana hace un año escaso, deberíamos dar por concluida su época como nación independiente. Poco a poco los mexicanos nos acostumbraremos a esta mutación, como les ocurrió a ustedes aquí, donde ya nadie muestra nostalgia alguna por el nombre de España, suprimido de los documentos oficiales en 2050, cuando se reconfiguró la nueva organización provincial de Europa.
No deja de resultar paradójico que, al rememorar el tricentenario de la independencia de México, ese lugar ya no exista: la idea de esta charla es, por tanto, analizar algunas de las razones que, cien años atrás, detonaron los movimientos que a la postre condujeron a la abolición de la frontera entre Estados Unidos y México y a la unión continental que, entre los mejores augurios y las más feroces críticas, se levanta en nuestros días.

Así empieza esta conferencia que diera Jorge Volpi, reconocido escritor mexicano y ex director de Canal 22, en abril de 2011, y que según sus propias palabras, le costara su despido como agregado cultural de la embajada de México en Italia. Como buen escritor, ilustra una inquietante narración de la historia por venir y retrata el México que nosotros estamos viviendo como un suceso histórico de hace 100 años que forjó nuestro futuro. MUY INTERESANTE, NO SE LO PIERDAN.

sábado, 9 de julio de 2011

El colombiano Sergio Fajardo en el ITESM


El ex alcalde de la ciudad de Medellín comparte su experiencia de como pasó de ser ciudadano profesor de matemáticas a político activo para recuperar la ciudad de la violencia que los estaba destruyendo en Colombia. Narra su experiencia y su estrategia. Es un ejemplo concreto y exitoso del que podemos aprender mucho.

La conferencia está en partes, por lo que al terminar la primera, aparecerá la parte 2, y luego la 3 y así sucesivamente, solo hagan clic en la siguiente para correrla.

Este enlace fue compartido por nuestros amigos del grupo "Todos somos Juan Francisco Sicilia"