La Montaña
Oscar Loza Ochoa
enfrentando la muerte con la misma valentía
que vivió la vida.
La economía
mazatleca tiene diagnóstico reservado, por daños colaterales de la violencia. Y
los problemas se le vienen encima en cascada: escasez de agua potable, policías
municipales en permanente rebelión, transbordadores turísticos que se ahuyentan
por la inseguridad y una caída severa en la actividad turística y en los
ingresos que genera.
Eso dijeron
representantes de hoteleros, restauranteros, del servicio de aurigas,
parachuteros, guías de turistas, maestros y alumnos asistentes al foro que se
organizó con el tema de la participación ciudadana en materia de seguridad.
El doctor Joel
Quiñones Reyna fue el expositor invitado. No abundó en las estadísticas, sólo
echó mano de las consideró indispensables para que el público asistente tuviera
bien claro que las tasas del delito por cada 100 mil habitantes se han disparado,
sobre todo a partir de 2008. Expresó (cito de memoria) que en ese año la tasa
era 217, que subió en 2010 a 252 y que para este 2012 llega a 291 por cada 100
mil sinaloenses. Agregó que las estadísticas oficiales solamente registran
entre el 16 y el 20 por ciento del total de delitos que padece la sociedad.
Y se han
disparado también los presupuestos dijo, exponiendo de nuevo datos que cubrían
la década anterior y los de la presente. En esta parte afirmó: “tal parece que
pagamos más para que se cometa un mayor número de delitos”. No le falta razón,
pues es bien sabido de todos que la autoridad presiona los presupuestos
anuales, restringiendo los renglones para la educación, salud y vivienda, para
satisfacer el de seguridad, que a final de cuentas, como dijo el maestro Joel
quiñones, no está dando los resultados prometidos.
La exposición
final del doctor Quiñones Reyna insistió en la imprescindible necesidad de que
nos interesemos por la participación ciudadana en el tema de la seguridad.
Alejarse del tema, señaló, es permitir que las cosas que marchan mal lo hagan
peor; sin descontar, agregaría al final que los fenómenos de la corrupción y la
impunidad cobren mayores espacios que los que hoy ya nos ahogan.
Los
restauranteros señalaron que hay miedo entre ellos porque el fenómeno de la
violencia está presente a diario y en todo momento. Hay riesgo de su integridad
personal y pérdida de patrimonio. Los hoteleros se quejan de que esa violencia
ha espantado a los transbordadores y turistas que llegaban por otros medios,
golpeando la economía del puerto. Al no haber efectividad de la autoridad en el
combate a la delincuencia, tampoco se ha recuperado el turismo que llega por
mar.
Los aurigueros
señalaron que hay problemas entre los diferentes prestadores del servicio del
transporte y que cuando se presentan estos, hay una mala actuación de la
autoridad y al final el afectado es el turista y es otro factor que lo
ahuyenta. Los guías de turistas relatan que su trabajo no resulta muy cómodo,
pues si hay que llevarlos a Cosalá o a Concordia, los caminos no son seguros y los riesgos se vuelven un freno de la actividad.
Una valiente
estudiante del Conalep tomó la palabra para denunciar los problemas que se
presentan en materia de seguridad para la población estudiantil. Ella fue
víctima de asalto en la calle. Otra de sus compañeras señaló que le parecía
atinado el evento, pero que reclamaba en nombre de su generación la necesidad
de un foro juvenil para tratar con mayor propiedad el tema de la inseguridad en
el estado. Esa iniciativa fue aprobada por aclamación.
Felicitaciones
al doctor Joel Quiñones, al maestro Enrique Díaz Terán y al resto de los
organizadores del evento. Sin duda los resultados del foro serán un estimulo a
la sensibilidad en el tema para los mazatlecos.
Ojalá y la
iniciativa de promoción de la participación ciudadana en los asuntos públicos
nos lleve a todos los sinaloenses a dar un paso al frente en este deber civil.
Las generaciones jóvenes del presente y del futuro lo agradecerán. Vale.