Rostros Por la Paz (Gra Fernandez y Martha Romero)

¿A quienes apoyamos con nuestra indiferencia, nuestra apatía y nuestro escepticismo?

de GRa FerNández, el Lunes, 09 de mayo de 2011 a las 15:32

Da bronca, pero también da tristeza la poca participación ciudadana que hay en esta ciudad. La apatía, la abulia, la desesperanza, la distancia, la desilusión, la desidia, la indiferencia, la indolencia, el escepticismo, la inercia, la insensibilidad, la pasividad, la somnolencia y sobre todo la anestesia social.

Pienso en todos esos muertos y desaparecidos, involucrados o no, formando un número más en las estadísticas. Los muertos en México ya superan a los muertos en Irak, como en cualquier guerra de poca monta los muertos no significan nada, porque esta violencia, no es sólo violencia que perpetúa el crimen organizado. La violencia es también quedarse sentado, la violencia es también no solidarizarse con el otro, la violencia existe porque en algún punto nosotros como ciudadanos dormimos el sueño americano de Plaza Fórum y TV., comiendo palomitas de maíz en 3D.

Me resisto a creer que las cosas no pueden cambiar, vengo de un país atravesado por el dolor pero que aun así no deja de manifestar lo que siente. Creo en la voz humana, y creo además que el amor puede cambiar cosas, el imperio de la razón da paso a los sentimientos, en un mundo que puede ser salvado más con la sensibilidad y la creatividad que con el modelo racionalista, utilitario y despiadado que nos quieren imponer.

Pensé y creí que iría más gente a la marcha por la paz, me pregunto ¿pero es que no queremos vivir en paz? ¿Por qué la gente no participa? ¿Por qué hay una suerte de anestesia general de la que no podemos o no queremos o no sabemos salir? ¿Será que esta forma de individualismo moderno nos ha hecho perder la noción de solidaridad comunitaria, conciencia social, identificación del otro como parte de un todo? ¿No es que todo tiene relación, y lo del vecino en algún punto me afecta a mí también?

Ayer una amiga me dijo “estoy contenta porque vine” muchos pensarán que incrédula, piensa que con ir a una marcha las cosas van a cambiar. Tal vez no, tal vez no cambie nada, pero para los que estuvimos ahí seguramente algo adentro nuestro cambió, algo nos movió y nos mueve a seguir creyendo que la paz es el lugar en donde queremos estar. Sabemos que no es de un día para el otro, sabemos que para que haya fuerza tenemos que ser más, sabemos que esto no se termina en una marcha, en realidad esto recién empieza. Pero también sabemos que los cambios también son posibles desde abajo, que los políticos entiendan que están gobernando para la gente, y si la gente no se manifiesta y no activa las prácticas de ciudadanía, poco o nada cambiará.

Para finalizar les dejo una poesía que muchos conocerán y que nos lleva a reflexionar.

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,

guardé silencio,

porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,

guardé silencio,

porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,

no protesté,

porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,

no protesté,

porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,

no había nadie más que pudiera protestar.

Martin Niemöller (Pastor luterano alemán) por mucho tiempo se creyó que era de Bertolt Brech