jueves, 29 de diciembre de 2011

ADIOS AL COMPLICADO 2011


La Montaña / Óscar Loza Ochoa

El problema no es la falta de instituciones; es una falta de eficacia institucional.

David Brooks. NYTimes.

Se va el 2011 con más pena que gloria. Y si por la víspera hay que sacar conclusiones del mañana, el año 2012 se presenta con 12 meses complicados. Heladas e inundaciones golpearon severamente la agricultura mexicana y a zonas urbanas de consideración; la situación de los mercados internacionales volvieron muy vulnerables nuestras exportaciones y aunque las crisis políticas y sociales del Medio Oriente y norte de África mantienen el petróleo caro, ello no compensa la incertidumbre de nuestra economía.

El año 2012 será sobre sobre todo un año político. Comenzó siéndolo antes de nacer y sin que la agenda de quienes protagonizarán la vida pública contemple como primordial el binomio desarrollo económico y abatimiento de la pobreza.

Sin que el pesimismo sea nuestra principal divisa, por la situación que se dibuja para México en este 2012 en el contexto internacional, es importante observar las preocupaciones en Europa, particularmente en Italia después de la caída del primer ministro Silvio Berlusconi y de la Cumbre europea del 9 de diciembre. Desde el mes de mayo Giuseppe Roma, director del Instituto Italiano para la Investigación Socioeconómica, advirtió al parlamento que los jóvenes de esa nación están en peligro de extinción. Señaló que en los últimos diez años el rango comprendido entre los 15 y 34 años de edad ha perdido a dos millones de personas. Pesa la baja tasa de natalidad, pero sobre todo el aumento de la migración por la falta de oportunidades.

No hay oferta de empleos y el mercado no extraña hoy la ausencia de esos jóvenes, ni voltea a ver el 11.2 % de muchachos entre 25 y 34 años que no trabajan ni estudian a pesar de que la media europea es de sólo 3.4%. La gravedad de la situación italiana no disminuye porque en España el porcentaje de esos jóvenes sea del 40%. Lo peor en Italia es que muchos de esos muchachos han aceptado la inactividad como posible modo de vida.

La Italia de estos días no es el mejor espejo para ver nuestra realidad, pero basta contemplar que en el rango de los 15 y 29 años tenemos no menos de 7.5 millones de compatriotas sin empleo y sin asistir a las aulas. Aunque la tasa de natalidad mexicana sigue dando para exportar mano de obra al norte y para acumular esa masa de lastimosamente llamados ni-nis, baste reflexionar en la cantidad de jóvenes que migraron en la última década a Estados Unidos y Canadá.

Con todo lo doloroso que resulta económica y socialmente, muchos de nuestros jóvenes marchan fuera del país a buscar empleo, no pocos entran a la economía informal autoempleándose y ¿cuántos? ¿Cuántos jóvenes que no aceptan la inactividad como posible modo de vida sólo tienen alternativa en el mundo de la delincuencia?

Quiero insistir en que las limitaciones que nos impone la situación que vivimos no puede atarnos las manos para responder adecuadamente a los problemas. No importa que el año se despida con una nueva helada en la zona norte dañando cultivos, que no hayamos tenido equipatas o que no lleguen las cabañuelas para salvar nuestros cultivos de invierno primavera. Lo que puede salvar la situación nacional es que en la aplicación del presupuesto 2012 y en cada decisión importante gubernamental esté en el centro la persona, el ciudadano, el ser humano.

A pesar de la amarga experiencia en las inundaciones y heladas del 2011, el presidente veta un fondo de 10 mil millones de pesos que el congreso aprobó para contingencias. Sin reflexionar mucho en los saldos de una estrategia equivocada en el combate al crimen y la inseguridad, se aplaude el equívoco aumentando el presupuesto. Sigo pensando que redefinir prioridades no implica resignarse a perder los espacios y la tranquilidad pública que nos ha quitado el crimen, sino atender en su dimensión y con las estrategias adecuadas cada uno de los problemas centrales. Y el de la desigualdad social no es un asunto menor.

Por lo demás, mucho se abonará a la gobernanza y a la paz pública en México para este 2012, si el Estado atiende las recomendaciones de los organismos internacionales de parar la persecución a periodistas y defensores de derechos humanos.

Feliz año nuevo a todas y todos los mexicanos.

jueves, 22 de diciembre de 2011

INCERTIDUMBRES Y ESPERANZAS 2012


La Montaña / Oscar Loza Ochoa

El dinero es un culto sin herejes.

Pablo Boneu

2011 fue un año de fuertes claroscuros en el terreno de la economía, la seguridad y los derechos humanos. El balance del año es un ejercicio obligado para los mexicanos, pues no sólo debe quedar clara la senda que hemos caminado en los últimos doce meses, sino como enfrentamos el 2012.

El entorno mundial es de preocupación. Los acuerdos promovidos por Alemania y Francia a empellones alcanzaron una playa, sin que puedan presumir tierra firme; sobre todo con sociedades tan lastimadas como la griega, la italiana y la española, entre otras y con una Inglaterra que cree que huir a las responsabilidades comunitarias la salva mejor de la crisis europea. Estados Unidos se debate entre el alto desempleo, una pronunciada desigualdad social que ya rosa los extremos de los años veinte del siglo pasado, con los déficits de endeudamiento y fiscal más altos de la historia y un choque parlamentario entre políticas que favorecen a la clase media y al llamado 1% (privilegiados). Mientras Japón, que es otro de los grandes centros nerviosos del sistema capitalista, está postrado con una deuda que equivale al 220% de su PIB y la imposibilidad de recuperarse de la tragedia del terremoto y del tsunami antes de 40 años.

Los organismos internacionales como la OCDE y la CEPAL, pronostican que el crecimiento de la economía será a la baja en los dos próximos años y bajo el riesgo de una profundización de la crisis. Por cierto nos dice la CEPAL que el crecimiento de México estará por abajo del promedio de América Latina (3.7%).

No deja de llamar la atención que habiendo sufrido reiteradamente inundaciones en algunas regiones del país, severas sequías y heladas en otras, la desesperación social no llevó a expresiones violentas en México. A pesar de que no se invirtieron las cantidades de dinero requeridas para la recuperación. Increíble, pero mientras ello sucedía, el gobierno mexicano prefirió no tocar las reservas internacionales que pudieron paliar mejor la situación de cientos de miles de damnificados. Ahora presume el presidente que hay más de 141 mil millones de dólares en reserva y que blindan la economía frente a los riesgos internacionales. Lástima que ese blindaje no llegue a los más 7.5 millones de jóvenes que no tienen trabajo ni posibilidad de asistir a una escuela. Más penoso sería que ese bien de la Nación (las reservas) parara en manos de los especuladores internacionales, como ya sucedió en diciembre de 1994.

Con más preocupación que alegría vemos como llega 2012 y con él las campañas electorales. Hay incertidumbre de doble hélice: no hay propuestas serias para resolver los problemas centrales del país y el discurso es la confrontación. La pobreza y la desigualdad social no son eje de las precampañas y se corre el riesgo de que los pobres sólo sean la masa manipulable.

Los organismos de la sociedad civil deben pensar en que ha llegado la hora de que la misma sociedad proponga agenda e influya en el discurso y en los compromisos de los candidatos. La actitud pasiva de otros tiempos no ha dejado mejores resultados.

Y no faltan temas ni problemas para destacar a la hora de interpelar a los candidatos. Al menos creo que algunos que deben ser consideramos en primer término son los siguientes: la pobreza, la violación de derechos humanos, persecución de defensores de derechos humanos y periodistas, el desempleo, la inseguridad, la impunidad en los delitos y la corrupción oficial.

Si la producción de riqueza no ha dejado de crecer, tampoco la generación de pobres. Y los límites soportables de desigualdad social que aconsejó Louis D. Brandeis para Estados Unidos, se han rebasado desde hace mucho en México. Algún compromiso debe arrancarse a los candidatos para detener tanta injusticia social y el inminente riesgo de conflictos sociales de mayor calado.

Tampoco la sociedad puede aceptar callada los terribles saldos que dejan las políticas públicas de seguridad, que atienden más las consecuencias que las causas de los delitos que dicen perseguir. Las cuentas dejan la peor herida que el país ha sufrido desde los tiempos de la Guerra Cristera (1926-29): más de 50 mil muertes violentas, más de 5 mil desaparecidos, más de 75 mil huérfanos y centenares de miles de desplazados por la violencia. Algo tendrán que decir quienes nos quieren gobernar.

Los tiempos que vive México exigen que hablemos con claridad, que no ocultemos las cosas ni sus consecuencias sociales. El viejo Brandeis dijo con mucha entereza ante su sociedad de principios del siglo pasado que “podemos tener democracia o tener la riqueza concentrada en manos de unos pocos, pero no podemos tener ambas.” Nuestro deber tiene la misma magnitud y responsabilidad. Vale.

jueves, 15 de diciembre de 2011

JESUS MICHEL Y MARISELA ESCOBEDO

La Montaña / Oscar Loza Ochoa

A la valentía de los normalistas de Ayotzinapa,

a la memoria de sus mártires.

México es un páramo de tragedias. Tantas desgracias se nos acumulan en pocos años que ya tenemos aniversarios luctuosos por partida doble. Esa es la terrible realidad que vivimos los defensores de derechos humanos.

El día 16 de diciembre ha sido una fecha para recordar a Jesús Michel Jacobo, uno de los fundadores de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa. Michel nació del tumulto social de los sesenta. Y también fue de los que forjó ese tumulto. La autonomía universitaria no se concibe sin sus afanes, ni la acción pionera del servicio social universitario, tampoco la lucha por la democratización de la UAS.

Dedicado a la organización regional y nacional de los abogados y a la consolidación de la CDDHS, su intensa y apasionante vida deja una huella imborrable entre los litigantes y entre los defensores de derechos humanos.

En este 16 de diciembre tenemos que sumar otra efeméride tan dolorosa como la que recuerda a Michel. Hace un año la señora Marisela Escobedo desafiaba las inclemencias del tiempo con un plantón frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua. Exigía justicia para el caso de su hija Rubí Marisol, asesinada dos años antes por su pareja. Su plantón era también un desafío a la autoridad cómplice, al asesino mismo cobijado en la impunidad y al miedo que deja en la orfandad a la sociedad chihuahuense.

Marisela junto a la familia Reyes Salazar, Alma Gómez y muchas mujeres más, mantuvieron un activismo ejemplar en Chihuahua, inspirando todo un movimiento que en poco tiempo envolvió a familiares con desaparecidos en Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Durango, Baja California, Sinaloa, Guanajuato y el Distrito Federal. La última reunión de este movimiento se realizó en la ciudad de Chihuahua, ella estuvo presente allí. Los acuerdos finales, entre ellos una marcha nacional para marzo de 2011, tenían el sello de esas mujeres. Los asesinatos de Marisela el 16 de diciembre pasado y de la señora Josefina Reyes el 3 de enero de este año, terminaron con todo un proyecto de lucha en el norte del país.

Estos antecedentes y estos hechos nos hermanan fuertemente el día 16. Son los elementos del barro sobre el que se forja el nuevo movimiento Paz con Justicia y Dignidad de Javier Sicilia. Son también ingredientes imprescindibles para seguir viendo con esperanza el futuro de los derechos humanos a pesar de los nubarrones en nuestro entorno.

De una cosa estamos seguros: no pueden vencer a esta sociedad las contradictorias notas que nos dibujan las desigualdades y las injusticias sociales hoy. El presidente Calderón presume que nuestras reservas nacionales rebasan los 141 mil millones de dólares. No dice que junto a ello hay 52 millones de pobres en el país que en nada les beneficia esa montaña de dólares. Un desempleado de Los Mochis fue detenido el pasado lunes 12 cuando huía con el producto de su robo: alimentos con un valor de 192.20 pesos; mientras se anunciaba que los senadores de la República recibirán durante el mes de diciembre al menos 520 mil pesos por concepto de dietas, aguinaldo y bonos.

Definitivamente esas notas no pueden vencer nuestra decisión de forjar un México diferente, porque el país estaría perdido y sin remedio.

Para quienes puedan y quieran acompañarnos en el homenaje a Jesús Michel y a Marisela Escobedo, los esperamos en calle Antonio Rosales casi esquina con avenida Vicente Guerrero, frente a la Escuela Primaria Eustaquio Buelna (la ocho). Vale.

jueves, 8 de diciembre de 2011

LEY SOBRE DESAPARICION DE PERSONAS


La Montaña / Oscar Loza Ochoa

Ahora no sólo es el tiempo de gritar.

Irel Faustina Bermejo

Dos veces tocamos las puertas del Congreso del Estado y dos veces no escucharon. En el amanecer de 1980 presentamos una iniciativa de Ley de Amnistía para los presos, perseguidos, exiliados y desaparecidos por motivos políticos y recibimos una rotunda negativa del pleno de la Cámara. Eran los tiempos del gobernador Antonio Toledo Corro. Apenas despuntaba el presente Siglo y nos presentamos de nuevo ante la Soberanía del Estado con una iniciativa de Ley sobre Desapariciones Forzadas, tampoco hubo comprensión de los legisladores.

Ahora, después de haber sufrido tres negras etapas a lo largo de más de 30 años en materia de desaparición de personas, volvemos a la carga con una nueva propuesta de Ley sobre Desaparición Forzada de Personas. Imperdonable es que lamentando 42 casos de personas desaparecidas entre 1975 y 1979; más una lista de 87 personas con la misma calidad de desaparecidos entre 1994 y 2003 y no menos de 252 entre 2006 y 2011, no insistamos en una propuesta de legislación estatal sobre el particular.

Impostergable resulta para el Congreso de Sinaloa dar una respuesta sobre una demanda tan sentida por muchas familias sinaloenses. Con mayor razón ante la ausencia de reacción positiva de parte de la Procuraduría General de Justicia en esta materia, cuyo resultado es una completa impunidad de los casos de desaparición forzada. No hay intención alguna de molestar a quienes tanto han ofendido a la sociedad.

Enterarse del número de desaparecidos es conocer una parte del problema. Conocer la actitud de la autoridad frente al problema (por participar en él, cerrar un ojo o los dos cuando los particulares practican la desaparición de personas) es descubrir la verdadera dimensión del fenómeno. Ello explica que no haya en Sinaloa ni en México una sola persona purgando condena por haber desaparecido a otra.

Tres grupos de familiares han surgido en estos largos años para enfrentar la práctica de la desaparición: la Unión de Madres con Hijos Desaparecidos, el Grupo Esperanza y Voces Unidas por la Vida. Ninguno ha ablandado el corazón del sistema de justicia en México. Algunas Madres de la primera organización como Chuyita Caldera y María Carbajal ya fallecieron. Se fueron a la tumba con el inmenso dolor de no conocer del paradero y de la suerte de los hijos que parieron y de los que adoptaron como propios durante su lucha.

La sensibilidad social se manifestó a flor de piel en los años setenta y obligó a la autoridad a promover una Ley de Amnistía. Los presos políticos, los perseguidos y los exiliados regresaron a casa y se incorporaron a la vida productiva y a la vida política. Sólo algunos desaparecidos recobraron la libertad. Sólo algunos. El resto sigue en la misma situación. Los responsables tienen intereses que van más allá de los sexenios gubernamentales y de los colores de los grupos que gobiernan.

La sociedad de hoy no ha perdido la sensibilidad, pero está abrumada. Sus viejos sueños de libertad son las pesadillas del presente. El Estado que padece y los grupos de poder dominantes no le dejan portillo para respirar. Tal es su situación que atiende el vuelo sin mirar sus alas, como sentenciara el vate Francisco de Quevedo. Sabe que no habrá justicia ni democracia con desapariciones forzadas de sus ciudadanos.

El Congreso de Sinaloa de hoy debe probar que sí es más sensible que las legislaturas que lo conformaron en las décadas anteriores. Saben que la desaparición forzada de personas es el delito que más impunidad acumula en Sinaloa y en México. Conocen de las inquietudes expresadas por los organismos ciudadanos y por las instituciones internacionales como la ONU, Amnistía Internacional, Human Rights Watch, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En memoria de doña Chuyita Caldera y de las madres con hijos desaparecidos que siguen esperando, les preguntamos a nuestros diputados ¿qué les responderán ahora?

El día viernes 9 por la mañana tocaremos las puertas del Congreso del Estado para registrar la iniciativa de Ley sobre desaparición forzada de personas. La Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa y el resto de los convocantes esperamos que valientes ciudadanos nos acompañen. ¿Quiénes se apuntan?

sábado, 3 de diciembre de 2011

POBREZA Y EXCLUSION SOCIAL

La Montaña

Óscar Loza Ochoa

¿En qué estás pensando México?

¿A quién quieres para quererlo?

¿A quién odias para odiarlo?

Fernando Vallejo

Los pobres no tienen biografía –dice Luiz Ruffato-. Tiene mucha razón, porque nombre, nombre y apellidos son exclusivos de los que mandan en la sociedad. Tampoco tienen rostro ni historias personales, porque la marginalidad sólo puede prestarles su propia identidad: la de la miseria.

Los pobres quieren estar dentro de la sociedad, pero no pueden. Ser marginal, es estar fuera de la sociedad. Así retrata el autor brasileño a quienes hoy pastorean sus tragedias y la exclusión social en las favelas de Brasil, en los arrabales de Argentina y en los cinturones de miseria de México.

Ese es el estado que guardan los pobres de América Latina y que se reproduce en su propio laberinto, sin incubar una posible salida. Es una situación que se desenvuelve en círculos concéntricos cada vez más amplios, acercándose fatalmente a un inevitable abismo. Su reto es encontrar el camino que rompa ese laberinto, antes de alcanzar el cercano abismo que nos arrastre a todos al despeñadero social.

Varios factores internos y externos conspiran contra toda posibilidad de enfrentar la pobreza y sus consecuencias. Los crecientes tropiezos de la prolongada crisis europea, la peligrosa esquizofrenia que empieza a ganar a la economía norteamericana, los desatinos de los neoliberales panistas en materia económica y la profundización de los problemas de seguridad en México, nublan el horizonte próximo al tratar el asunto de remontar la pobreza.

Para la ONU y para la OEA, la pobreza no es el pasajero dolor de cabeza que nos hace pasar una mala noche, es desde hace tiempo una permanente pesadilla que amenaza toda la estructura social y la gobernanza (gobernabilidad) de los países. Por eso es loable es esfuerzo que el Instituto Interamericano de Derechos Humanos está haciendo al promover el análisis de la pobreza desde el punto de vista de los derechos humanos.

Para el IIDH la pobreza (la marginalidad para Ruffato) es un fenómeno que impide el ejercicio pleno de los derechos más elementales como a la alimentación, salud, educación, vivienda, etc. Pero pobreza no es fatalidad ni es destino inevitable, siempre habrá una salida al lado de la que nos impone la situación de hoy. La Institución académica de la OEA plantea que la participación política y social de los pobres poder romper el círculo vicioso de la pobreza. La promoción de sus derechos y la conciencia de ser parte de una sociedad y de un país, puede llevar a esas comunidades marginales a adquirir los rudimentos de la organización y ejercer la ciudadanía con todas las implicaciones que ello obliga, remontando su principal problema: la exclusión social.

Vittorio Corasaniti y Juan Navarrete del IIDH estarán este jueves 1° de diciembre en la comunidad de El Ranchito de Teputcahui, El Fuerte, con la comunidad mayo-yoreme, exponiendo el tema de la pobreza y los derechos indígenas; el día viernes 2 se sumará a este esfuerzo Emilio Álvarez Icaza del movimiento Paz con Justicia y Dignidad, para reflexionar con activistas de colonias populares, pepenadores de la ciudad de Culiacán, pescadores, familiares con desaparecidos e intelectuales, sobre los problemas de la pobreza y sus consecuencias sociales.

Los eventos tienen un alto significado social y debieran llamar la atención de los activistas e intelectuales comprometidos en ampliar la democracia en esta sociedad. Saben que no habrá democracia plena en la desigualdad social. Mientras haya ciudadanos en la pobreza extrema (marginalidad) hay exclusión social. Y la exclusión es antidemocracia, simple y llanamente.

Hay compañeros que adelantan algunas propuestas para analizarlas en los encuentros mencionados. Los primeros pasos para combatir la pobreza y la desigualdad social deberán pasar por una Ley de derechos indígenas (inexistente en Sinaloa), la articulación con controles sociales de los programas oficiales para combatir la pobreza, apoyo a proyectos de los pepenadores y una Ley sobre desaparición de personas en Sinaloa. Vale.

viernes, 25 de noviembre de 2011

LA RECURRENTE POBREZA


La Montaña / Óscar Loza Ochoa

Cuando lo que se ocultan son crímenes, el silencio también es criminal.

Vicenç Navarro, J. Torres y A. Garzón

México ocupa el primer lugar en desigualdad social entre los miembros de la OCDE. El documento “Perspectivas de desarrollo global 2012” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico así lo califican. La generación de riqueza en México no encamina sus pasos a la reducción de la desigualdad entre ricos y pobres, por lo que el organismo recomienda que se mejoren los esfuerzos para elevar la calidad de vida de su población.

Sin ignorar las instituciones de seguridad social, la OCDE insiste en que hay deficiencias en la redistribución de ingresos. Y que las transferencias de recursos que aplica el gobierno poco han cambiado las condiciones en que viven los sectores más pobres de la población.

El análisis hace una comparación respecto a la eficiencia con que funcionan las economías europeas en este terreno, dibujando una lamentable situación para la nuestra. Imposible cerrar los ojos ante dicho análisis. Imposible lo reafirmo por el número de pobres en México y por su incontenible crecimiento.

Pero hay algo que no podemos pasar por alto: la cantidad de dinero aprobada por el Congreso de la Unión para el combate a la pobreza y los cuestionables saldos en ese terreno. De acuerdo al Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados y del INEGI en 2006 se destinaron poco más de 111 mil millones de pesos al combate a la pobreza y en 2010 la cifra era de 295 mil millones de pesos; mientras los resultados en realidad son un desastre. Lo confirma la encuesta nacional de ingreso y gasto de los hogares del INEGI que arroja una caída real del 12.3% en dichos ingresos.

El número de pobres entre 2006 y 2010 se incrementó oficialmente en 2.1 millones en las ciudades y 1.1 millones en el campo. Ello sucedió no como efecto de la crisis de 2009, pues ya venía expresándose significativamente desde antes y a pesar del incremento del presupuesto dedicado al combate a la pobreza.

En el presente año ese renglón llegó a los 314 mil millones y para 2012 rebasará los 574 mil millones de pesos. Es tiempo de que el poder legislativo y la sociedad empiecen a auditar los recursos dedicados al combate a la pobreza y a revisar los programas, pues los resultados no son los esperados y organismos como el CONEVAL han encendido luces rojas sobre la materia: hay 127 programas federales para la superación de la pobreza y seis de ellos concentran el 57% de todos los recursos destinados a ello. Lo que llama poderosamente la atención a este organismo es la dispersión de los programas sociales y la deficiente calidad en los servicios prestados. Al menos urge la articulación de los múltiples programas, pues no basta dedicar un alto monto de recursos a la tarea del combate a la pobreza. También es importante ver la atingencia en su uso y evitar el abuso en la aplicación de los mismos y el desvío con fines ajenos a su naturaleza.

Mucho material hay para el análisis y para la acción social. Ojalá nuestros diputados locales tengan presente estos elementos a la hora de aprobar el Presupuesto de Egresos para 2012. 530 mil pobres en el estado de Sinaloa son un fenómeno social preocupante, no una cifra de referencia para frívolos discursos.

En los encuentros del día 1° con los mayos-yoremes en el Ranchito de Teputcahui, el Fuerte y del día 2 en la Facultad de Derecho de la UAS, sobre Pobreza y consecuencias sociales, estos y otros elementos que dibujan el estado de desamparo social de amplias capas de la población en Sinaloa y el país serán expuestos por quienes asistan y participen en el debate.

La presencia de todos y el respaldo moral a los eventos pueden convertirlos en un valioso instrumento de promoción de los derechos humanos, en especial de los que protegen a los grupos más vulnerables de nuestra sociedad. Vale.

domingo, 20 de noviembre de 2011

LA POBREZA, PARTIDA Y DESTINO

La Montaña / Óscar Loza Ochoa

La pobreza no tiene perdón a los diez años.

Matilde Alba Swann

Una recesión en Europa equivale a 23 millones más de pobres. Es la estimación de especialistas. Vale preguntarnos ¿a cuántos millones de mexicanos hundirá en la pobreza extrema la próxima recesión?

El tema debe interesarnos sobremanera por diversas razones. La primera nos obliga a reflexionar sobre el concepto mismo de pobreza. Para muchos ésta se reduce a la ausencia de ingresos de las personas o a su escasez. La situación no se constriñe a eso, pues en cascada se convierte en un campo verdaderamente minado para el ejercicio de todos los derechos elementales de quienes han caído en la pobreza.

La reflexión nos lleva de la mano para indicarnos que vivir en la pobreza es estar excluido de los beneficios del desarrollo social. ¿Qué significa esto? No tener ninguna oportunidad de empleo (permanente), estar al margen de los servicios de salud y vivienda precaria; sufrir la ausencia de los logros culturales, padecer la inexistencia de una organización, no existir para el mercado y ser rehén de las acciones políticas desde el Estado y desde los grupos de poder, entre otras.

El fenómeno de la pobreza es motivo de preocupación de organismos especializados de la ONU y de la OEA, los cuales han venido promoviendo eventos internacionales que desemboquen en acciones concretas para aliviar la situación de al menos unos 850 millones de personas en el mundo.

Hay un interés especial del Instituto Interamericano de Derechos Humanos en promover el análisis sobre el problema de la pobreza, sus consecuencias y la búsqueda de caminos efectivos para remontarla. En especial se organizan foros, encuentros y talleres muy cercanos a los grupos sociales que padecen las dentelladas de la pobreza. Los organismos de la sociedad aliados del IIDH juegan un papel muy importante en ello.

He sido testigo de que en las reuniones para este fin realizadas en Tijuana y Culiacán hay inquietudes entre los grupos participantes que pueden desembocar en acciones de participación social. Pongo el ejemplo de la comunidad indígena kumiai de Baja California que, luego de gestionar una telesecundaria, se enfrentó a un nuevo reto cuando la primera generación de egresados ya no tiene un centro escolar donde continuar sus estudios. No descansaron hasta conseguir un camioncito que lleva a sus estudiantes a la preparatoria más cercana. En el frente educativo la pobreza ya no es su valladar, pues le han abierto sendos portillos. Es el inicio de una larga lucha contra la pobreza y sus consecuencias, que ya educa a esos supervivientes en el valor de la unidad, la solidaridad y la organización para gestionar soluciones a los problemas más graves y para defender sus derechos.

Lástima que ésta no sea la agenda de los partidos políticos, ni siquiera de los que se ubican supuestamente del lado de los pobres del país. Mientras se priorizan otras cosas, en el flanco de los marginados de México se desenvuelve una creciente masa de pobres sin posibilidades de acceder a los niveles mínimos de bienestar y condenados a sufrir la profundización de sus difíciles condiciones de vida.

Es una pena que en el presupuesto de egresos del gobierno federal y de los locales sólo se contemple el recurso asistencial como apoyo a los pobres. Las despensas a los marginados y los apoyos a los mayores de 70 años no han podido sacudirse el papel de monedas de cambio, sobre todo en épocas electorales. Grave ofensa para los pobres es que los ahogue el laberinto de la pobreza; peor agravio es la manipulación que sufren en tiempos electorales.

Los organismos de la sociedad civil están llamados a una participación más activa en esta materia. Los tropiezos que ha sufrido este país nos gritan a voz en cuello: la desigualdad social sólo profundiza los graves problemas económicos y sociales que ya padecemos, y que nunca habrá verdadera democracia con la ausencia de los excluidos de la sociedad.

Para reflexionar sobre el tema estarán en Sinaloa Juan Navarrete y Vittorio Corasaniti, del Instituto Interamericano de Derechos Humanos; Emilio Álvarez Icaza, del movimiento Paz con Justicia y Dignidad; y Patricia Rivera, de la Consultoría Indígena de Tijuana. Las citas serán el día jueves 1° de diciembre en el Centro Ceremonial de El Ranchito de Teputcahui, municipio de El Fuerte, y el viernes 2 en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Este es un esfuerzo que vale la pena respaldar. No los dejemos solos.

viernes, 11 de noviembre de 2011

ANTES DEL I INFORME

La Montaña / Óscar Loza Ochoa

El 2 de octubre será de luto oficial.

Que no lo enajenen como el 20 de noviembre.

El gobierno del cambio arriba a su Primer Informe con claras muestras de fatiga. Muchas de las expectativas que creó la administración plural de Sinaloa han ido quedando lastimosamente en el camino, lo que impacta no sólo la confianza de la sociedad en la autoridad, sino en las esperanzas de que cumpla compromisos y hacer realidad los cambios que aquella exige en la calidad de los servicios públicos, promoción de empleos, las oportunidades en educación y el despegue en las actividades económicas.

Hay renglones en que no podemos responsabilizar al gobierno de Mario López Valdez. Es el caso de la agricultura, donde una severa helada a principios de febrero nos privó de una buena cosecha en Maíz y en hortalizas. Aunque una mala visión del problema y una actitud pusilánime frente a la política federal que desestima las necesidades regionales, agravan la situación, que para el caso se manifiesta en 128 mil hectáreas que aún esperan por el apoyo prometido.

Los problemas del campo no terminan aquí. La presente sequía que deja una estela de presas vacías y las condiciones climáticas que amenazan con probables heladas dibujan una temporada invierno-primavera muy difícil para agricultores y ganaderos. Dicen que los buenos porteros son jugadores con suerte: los cañonazos del enemigo pegan en el marco de la portería, pero no entran en su cabaña. No es el caso de Malova tratándose de actividades primarias.

Hay cosas en las que se combinan coyuntura económica nacional e internacional, visión en proyectos y la audacia. Para el estado de Sinaloa, es cierto que la situación internacional no es la más propicia para atraer inversiones, pues hay demasiados quebraderos de cabeza por lo que se vive en Europa, Medio Oriente y Estados Unidos, que distraen a los dueños del capital; pero tampoco vemos en nuestras autoridades los proyectos visionarios y el lucimiento para venderlos.

Ciencia y política debieran marchar de la mano en los asuntos más importantes, pero durante las campañas políticas importa más como se atraen votos, sin medir el tamaño de los compromisos y la magnitud de los problemas que se prometen resolver. La violencia no es un fenómeno coyuntural, por más que en los años 2008, 2009 y sobre todo el 2010 hayan tenido una expresión extraordinaria. A pesar de las graves manifestaciones del delito en homicidios dolosos, secuestros, corrupción y desapariciones forzadas, se jugó irresponsablemente con la afirmación de que bastaba la sustitución de la vieja administración priísta para abatir radicalmente esas expresiones del delito.

Poco más de diez meses bastó para demostrar que las cosas son más complejas que lo que afirma y cree la clase política. Los hechos violentos nos reiteran que la corrupción es parte del flujo sanguíneo de las instituciones, que el fin de la ineficacia y la ineficiencia no se alcanza por decreto, que la evolución de los homicidios no pueden medirse sólo en comparación al año anterior, que el abatimiento de los secuestros no depende sólo de grupos especiales y que los delitos de lesa humanidad (como las desapariciones forzadas) ha cobrado cifras sin precedentes durante el presente año: 41 casos registrados.

Seguridad es la materia donde más críticas vemos en el terreno local y nacional. Y justo en vísperas del Primer Informe de Mario López Valdez fue presentado el informe de Human Rights Watch sobre la situación de los derechos humanos en México. Comentemos brevemente los puntos que tienen que ver con Sinaloa. “HRW pudo observar que existe una política de seguridad pública que fracasa seriamente en dos aspectos. No sólo no ha logrado reducir la violencia, sino que además ha generado un incremento drástico de las violaciones graves de derechos humanos”. ¿Alguien podrá desmentir esta afirmación?

Cuando HRW se refiere al problema de las desapariciones forzadas, señala que “la prevalencia de este delito no se aprecia adecuadamente debido a que, incluso antes de investigar los casos, funcionarios del gobierno clasifican casi todas las desapariciones como levantones.” Lo que se ha vuelto práctica en todo el país.

Las víctimas sufren de doble victimización, pues además la impunidad en que se ahogan sus casos, dice HRW: “es habitual que funcionarios públicos desestimen las denuncias de las víctimas como falsas y describan a las víctimas como delincuentes.”

Casi once meses después de iniciar con no pocos tropiezos la conducción de la administración pública y de toparse con la terca realidad, aún no se asume el principal axioma en materia de políticas públicas y que de manera prístina nos recalca Human Rights Watch: “Las violaciones de derechos humanos no sólo debilitan el estado de derecho, sino que además pueden tener efectos contraproducentes para la reducción de la violencia, la desarticulación de redes delictivas y la construcción de la confianza pública en las instituciones.” En la procuración y administración de justicia de Sinaloa aún no se asume esta concepción.

Y por si fuera poco todo lo anterior, el 2012 nos depara dos grandes encrucijadas: el estancamiento de la economía y unas de las elecciones presidenciales más complicadas. Que Tomás Moro, el santo de los políticos, ilumine a nuestra desangelada clase política antes que nuestra utopía de paz y de justicia social se extravié en la desesperanza. Vale.

Entrevista que Carmen Aristegui hizo a José Miguel Vivanco, Director de HRW respecto al reporte aquí: Escucha y descarga las mejores entrevistas de Carmen Aristegui en Noticias MVS

jueves, 3 de noviembre de 2011

RESISTENCIA FRENTE A REPRESIÓN

La Montaña / Óscar Loza Ochoa

Otro camino es inventarlo todo.

Inés Arredondo

¡Otra vez Ciudad Juárez! Y otra vez la represión a los activistas sociales que han sobrevivido a los embates del crimen organizado y a las infamias del gobierno mexicano.

Después de la jornada del lunes 31 en el Atrio de Catedral teníamos un buen sabor de boca.

Cumplido el llamado nacional de Paz con Justicia y Dignidad, sólo pensamos en esperar la próxima movilización concertada. Pero los tiempos para movilizaciones nacionales con pleno respeto de las autoridades no han llegado. El día martes 1° fue reprimida una manifestación pacífica en Ciudad Juárez. El saldo fue de 29 detenidos y varios periodistas agredidos cuando cubrían los hechos.

La situación de Ciudad Juárez es y debe ser el referente para calificar la actitud del Estado mexicano frente al problema de la violencia nacional, las posibilidades del crimen y la incertidumbre que vivimos como sociedad debido a que el Estado busca no coincidir con la propia sociedad en objetivos y acciones.

El secretario de seguridad en Juárez sigue siendo el teniente coronel Julián Leyzaola Pérez, pese al negro historial que arrastra desde Tijuana, donde se le acusa de violaciones múltiples y reiteradas en contra de sus compañeros policías y de civiles. También a pesar de que ahí mismo en Juárez se le responsabiliza de la desaparición de los jóvenes Juan Carlos Chávez, Dante Castillo, Raúl Navarro y Félix Vizcarra Torres, detenidos por los escoltas del mismo Leyzaola Pérez la tarde del día 26 de marzo pasado.

Después de la represión los manifestantes se reorganizaron y llegaron hasta las instalaciones donde estaban detenidos sus compañeros. La única respuesta fue de nuevo la violencia.

Y pensar que apenas el pasado jueves 27 el embajador Gómez Robledo y el subsecretario de Derechos Humanos Felipe Zamora, frente a las exigencias de quienes representábamos movimientos sociales y de derechos humanos de México, se comprometían en nombre del Estado mexicano en la Audiencia ofrecida en Washington por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a ampliar y profundizar el diálogo con los organismos de la sociedad civil. Y hasta solicitaron la cercanía y vigilancia de la CIDH en dicho proceso. El bautizo de ese compromiso es la represión a estos activistas.

En aquel momento no dejamos de pensar en que el gobierno mexicano ha aprendido a capotear diplomáticamente los cuestionamientos irrefutables en las instancias internacionales; pensamos también en el gatopardismo a la hora de cumplir algunas reformas al marco legal a que lo obligan los compromisos con esas instituciones; pero con todo ello creímos que la intolerancia demostrada días atrás en Tijuana contra pacíficos manifestantes se reservaría para otros momentos. Los acontecimientos de Juárez confirman que no hay intenciones de cambiar.

Ni los ecos de la audiencia de la CIDH ni los dolores de la represión en Cd. Juárez se pueden olvidar. Y en la conciencia de cada uno de nosotros debe quedar la acción coordinada que realizamos el día 31 en todo el país, pues ese tipo de actividades ejercitan confianza, capacidad de organización y la disposición masiva para enfrentar retos de movilización mayores.

Parece quedar muy claro que hay que reforzar la agenda de la sociedad, sin dejar portillo alguno por donde se incumplan los compromisos que se vayan estableciendo con la autoridad. A la par, busquemos que las agendas locales constituyan una sola agenda nacional, más rica, combativa, trascendente y direccionada al propósito de mejorar lasituación de los derechos y libertades ciudadanas. Ninguna coyuntura (incluida la de la inseguridad que vivimos) puede justificar acciones en contrario del Estado.

Sinaloa por la Paz y la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa tienen como tarea inmediata la elaboración de una iniciativa de Ley sobre desapariciones forzadas, la que deberá presentarse el próximo 10 de diciembre ante el Congreso del Estado, en el LXIII aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Que no esperen más. Vale.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Javier Sicilia en la Ceremonía del Día de Muertos


México D.F:, Ángel de la Independencia, 1 de noviembre de 2011


Quiero leer un poema del poeta kosovar, hoy exiliado en México, Xhevdet Bajraj:


“La libertad como gran dama

Tropieza contra las tumbas nuevas

En vano trata de limpiarse con las mangas

El sabor de la muerte impregnado en los labios


En la cumbre de las casas en ruinas

Mujeres y hombres

Como urnas vivas en las vitrinas de la muerte

mastican los recuerdos


A lo lejos

En el cielo agujereado por los gritos

los asesinados se dan condolencias unos a otros

Por quienes quedaron vivos sobre la tierra”.


Por este dolor que es el de los muertos que hoy honramos, pido un minuto de silencio.


El discurso completo aquí.

jueves, 27 de octubre de 2011

LA AUDIENCIA EN LA CIDH

La Montaña / Óscar Loza Ochoa

Olvidarlos es condenarnos al olvido de nosotros mismos.

Carlos Fuentes

Allí estaban Javier Sicilia y Emilio Álvarez Icaza, Karla Espinoza, Patricia Rivera, Maurilio Santiago, Leonel Aguirre. Todos frente a los representantes del Estado mexicano, encabezados por el embajador ante la OEA y el sinaloense Felipe Zamora, Subsecretario de derechos humanos.

Rodrigo Escobar Gil, Relator para México dirigió la Audiencia, acompañado del Consejero Paulo Sergio Pinheiro y del Relator para Migrantes Felipe González. El Salón Rubén Darío estaba lleno de defensores de varias regiones de América Latina, con presencia de la prensa.

Emilio abrió nuestra participación, señalando que el marco de violencia que vive el país ha masificado el número de las víctimas y que los homicidios y desapariciones alcanzan una magnitud preocupante, mientras la Procuraduría General de la República no cumple con las funciones de investigar y perseguir el delito.

Sicilia manifestó que las actividades del crimen organizado no habían disminuido por la acción de la autoridad. Que la impunidad, salvando su caso, es la regla. Que las víctimas no tienen ni el espacio ni el apoyo que debieran tener por la PGR y el Estado mexicano. Y que no había voluntad de cambiar de estrategia en el combate al crimen.

Karla Espinoza, de la Universidad de Paul en Chicago y quien nos ayudó en la preparación de todo lo relacionado con la Audiencia, hizo la presentación del grupo nuestro. Patricia Rivera inició presentando las peticiones a la CIDH, haciendo énfasis en la necesidad de abolir la figura del arraigo, crear la Comisión nacional de búsqueda de desaparecidos, de la estrategia oficial para garantizar los derechos de las víctimas, legislar sobre desapariciones forzadas en los estados que aún no lo hacen y la visita del Relator en la materia a Sinaloa.

Enseguida me correspondió informar sobre la situación del problema de las desapariciones en México y en Sinaloa. Expusimos la historia de las tres etapas que se pueden establecerse en el campo de las desapariciones forzadas en México y Sinaloa, desde 1968 hasta el 2011. La connotación que tiene la tercera etapa por la cifra de más de 5 mil personas desaparecidas y por la actitud del Estado y su comportamiento frente a este fenómeno.

Manifestamos que la Procuraduría General de Justicia de Sinaloa nos había informado oficialmente que tiene un registro de personas desaparecidas. Que no hay nada inventado.

Maurilio Santiago, defensor de los pueblos indígenas de Oaxaca, expuso el problema de diez vecinos miembros de una cooperativa ecoturística de Pochutla que desaparecen en Tamaulipas. La autoridad local reconoce haberlos detenido, pero las explicaciones que dan sobre un supuesto traslado al estado de Morelos no convencen a nadie.

Los funcionarios del gobierno mexicano dieron una respuesta general, abundando en la legislación nueva, en los esfuerzos contra el crimen y en dar garantías de seguridad a la población civil y de la propuesta de reforma al Código Penal Federal que ya está en el Congreso de la Unión.

El Relator Rodrigo Escobar Gil, observó que no se había dado respuesta a las peticiones que hicimos y le solicita al Estado mexicano que lo haga. Los funcionarios se comprometen a ampliar el diálogo con las organizaciones de la sociedad civil sobre el tema de seguridad y derechos humanos, incluyendo el tema de las desapariciones. Y cierran invitando a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a vigilar de cerca el proceso de la ampliación del diálogo con la sociedad civil.

No está mal, nada mal, las conclusiones de la Audiencia temática de este 27 de octubre que organizó la CIDH. Pero tampoco está demás decir, que la única posibilidad verdadera de que se cumplan los compromisos hechos por el gobierno mexicano, es que los organismos de derechos humanos de la sociedad civil no se queden solos en la exigencia de que se observen a cabalidad. La sociedad tiene la palabra. Vale.

miércoles, 26 de octubre de 2011

LA MUERTE EN FLOR


Ricardo Baldor Isidoro
Lunes 03 de noviembre de 2008

A la memoria de mi madre,
Petra Isidoro Vélez,
quien me dio lo que no se compra.
—Ricardo Baldor Isidoro

La luz aletea en la oscuridad. Entra al cuarto y lucha con la sombra agazapada haciendo brincar los amarillos pétalos del cempasúchil. Cristo se afila, resalta la falta de gordura y se hace grande sobre la pared al ritmo de la flama de la veladora; la corona de espinas me recuerda los zacatones que mueve el viento allá arriba, entre los bultos de las tumbas. El hueco que traigo en el pecho se llena al respirar el olor granuloso de las guayabas y para no volver a ver las cruces, ya sin Jesús, recortadas contra la pared del panteón, mejor miro la piel porosa de las naranjas que están del otro lado del vaso de agua. Una hormiga lucha sobre la miel de la cáscara.

Incienso que se quema me llega con olor a lejos; es mi abuelo Pancho que ya viene con el sahumerio; platica con don Isaac y doña Juanita; se cruzan con dos o tres bebés a los que no alcanzó a ponerles nombre porque se fueron blancamente al cielo, como pasó con su hermanito del que se acuerda mucho y llora. Ahora está contento porque sus angelitos lo acompañaron. Todos se van con el traje del adiós renovado para el reencuentro. Trae una veladora y el incensario extiende tiras de humo de copal para que ninguno de ellos, pero sobre todo los rezagados, pierdan el camino o se vayan con otro grupo de tantos que visitan el pueblo. Con el dedo índice señala para la entrada de la casa que desde temprano regó con agua y pétalos de flores. En el patio puso una flor de muerto partida en cuatro llamando a los puntos cardinales para que lleguen todos los invitados de los recuerdos. Todos los que fueron pensados en el año.

El rostro de mi tía Anita derrama alegría sobre la mesa; el copete rubio enciende su piel blanca y me fijo en su boca: los labios entreabiertos y rojísimos como si acabara de saborear una tuna colorada. Me mira, adivinar desde a qué hora y me voy lentamente a la otra orilla de la mesa sin desprender mis ojos de los suyos para ver si deja de verme, pero sus ojos, bajo la sombra de sus pestañas largas, me siguen aunque su cara esté atrapada en el cartón de la fotografía.

La hormiga está sobre las canillas del pan de muerto, se detiene sobre una roca de azúcar y se me antoja pegarle al pan una mordida, pero no quiero matar al insecto, ¿habrá en el cielo hormigas? En el techo del cielo las estrellas son agujeros que hacen las hormigas. Por ahí pasa la luz de un sol que está del otro lado. Las nubes son sus madrigueras, están llenas de hoyos, por eso se las lleva fácilmente el viento.

El murmullo es un hervidero de pipioles, una bitachera en cámara lenta. El vuelo de una mosca me lleva hasta los plátanos que ya derraman su jugo por las ranuras de las cáscaras, luego se hunde hasta las alas en el dulce de camote y ya no se me antoja, pero mejor la saco, qué grosería si las visitas se dan cuenta, y me acuerdo que don Pancho dijo que nada les faltara mientras acomoda los casinos y el pulque junto a la botella de tequila. La tía Vicenta pone la sal de la pureza, agua y pan, hablando emocionada que eso es lo primero que tiene que estar y alumbrado por las velas, para calmar las necesidades sentidas por las ánimas benditas durante el largo camino del retorno. Doy una ojeada a la mesa. El calor entró en el alma del aguamiel y encendió la chispa de su dulce, el espíritu del pulque se derrama por la boca del jarro, entonces se me antojan los licuados de papaya que hace mi tía Lupe allá donde trabaja.

Ya no puedo seguir asomándome a la mesa, sólo alcanzo a quitarle una arruga al mantel pues mi abuelo llega con su gente. Un movimiento de aires encontrados perturba las luces de las veladoras. El lengüeteo de las flamas enseña caras vacilantes cubiertas por un rebozo de oscuridad. Voces se entrecruzan casi en secreto, hacen llegar un viento suave como algo incierto. Eso es lo que queda de los vivos que dejan de moverse, cuando ya no podemos verlos como todos los días; empiezan a vivir de ánimas disolviéndose en el aire, en los colores y los sonidos de las cosas, hablan con nosotros pero sus voces ya no nos alcanzan, solo una procesión de ondas que producen muchas cosas: sombras, ruidos, vientos; vibraciones que mueven las puertas y ventanas, me digo ahora mientras rechina la puerta de madera seca y apretada que enseña sus partiduras como si guardara el sol de todos los años. El aire muestra detenidamente las cosas. Se ha llenado de presencia mezclada con la luz. Con la pureza del copal. Por mi nariz entra, lo siento recorrer huecos de mi corazón, llenarme como cuando el agua llena los arroyos, los párpados me pesan y al cerrarlos veo hacia adentro, llego a un sueño del color de los vidrios de la iglesia, donde al ser atravesados por la luz amarilla, solean el espacio, así me atraviesa el sueño y me siento como si no estuviera detenido en nada, floto sin cansancio, casi ya olvidado de mí, oigo a mi abuelo decir que ¡vámonos recio!, a los del limbo. Hago un esfuerzo por ver a los difuntos, pero solo alcanzo a distinguir los pastizales que brotan de los chalchihuites de jade del collar de mi abuela muerta. Ya circulo en una franja elástica, escucho a mi voz que pregunta: Y estando el cielo tan sin fondo, ¿a dónde van todas las almas cuando nos llenan de soledad?, ya no alcanzo a contestar pues mis ojos se van cerrando, miro cómo la tapadera del cielo cae encima de la ofrenda y borra la visión que tenía sobre los tejocotes en dulce. Todo se lleva la falta de luz.

jueves, 20 de octubre de 2011

EL BRILLO DE LA INDIGNACIÓN


La Montaña / Óscar Loza Ochoa

Si te encuentras con un desfavorecido,
siente pena por él pero ayúdale a ganar sus derechos.
Stéphane Hessel

El pasado sábado 15 los indignados del mundo salieron a la calle. La acción concertada de activistas espontáneos en 82 países del orbe es histórica y no tiene precedentes. El 68 es grande y tiene su lugar en la historia mundial, pero las posibilidades que resultan de este movimiento, también mundial, pueden ir más a fondo que aquel histórico año; lo dirán los meses por venir.

La conciencia y la historia parecieran marchar de la mano en estos momentos. Una vigorosa arenga de Stéphane Hessel, incansable veterano de la resistencia francesa de la Segunda Guerra Mundial y activista por los derechos humanos, sacude modorras y sentimientos de derrota a sus 93 años. Y el espíritu de las jornadas de 1968 y los años setenta, vuelven a cobrar carta de ciudadanía en las marchas de los indignados. Cientos de manifestantes en algunas ciudades; miles, decenas de miles y centenares de miles en muchas otras dan testimonio de ello.

En los países desarrollados, el corazón del capitalismo y de su sistema financiero, hay un proceso interesante en las acciones de los indignados: el plantón frente a Wall Street ya cumplió el mes, lo que ha suscitado plantones similares en otras ciudades de Estados Unidos, Inglaterra, Alemania e Italia.

En algunas urbes los indignados han enfrentado la intolerancia y la violencia oficial, es el caso de Londres, San Diego, Denver, Roma, Sevilla, entre otras, pero no ha sido suficiente para hacerlos desistir de la decisión de manifestarse contra las injusticias que provoca el actual orden económico, político y social.

Frente a esa extraordinaria e histórica jornada mundial, es necesario hacer dos comentarios sobre México: fue muy pobre la participación nuestra el pasado día 15 y la autoridad muestra anticipadamente intolerancia extrema frente al derecho elemental de manifestarse.

Es el caso de Tijuana, donde unas 40 personas habían acampado en el camellón de la avenida Paseo de los Héroes en la Zona de Río, sin interferir el tráfico vehicular. 75 agentes de las diferentes corporaciones arribaron en la madrugada de este martes 18 y se llevaron detenidas a 27 personas, y destruyeron el campamento.

Es un mal precedente frente a las movilizaciones que podrían realizarse en el país en las próximas semanas. Si la sociedad mexicana calla ante esa demostración de intolerancia y de claro corte autoritario, que criminaliza la más pacífica de las manifestaciones de inconformidad, estaremos enviando el mensaje de que, sin pagar costo social alguno, pueden reprimir los plantones y manifestaciones de los jóvenes desempleados y sin acceso a las escuelas.

Nuestra más cálida solidaridad con los valientes indignados de Tijuana, para quienes defensores de los derechos humanos de la talla de Raúl Ramírez Baena y Miguel Ángel García Leyva; nos piden el necesario apoyo en estos críticos momentos.

Y como la mejor solidaridad se da realizando tareas en el mismo contexto, en este caso de lucha de los indignados de Tijuana, el Movimiento Sinaloa por la Paz, que coincide con las inquietudes y propuestas del movimiento nacional Paz con Justicia y Dignidad, está convocando a una jornada para recordar a nuestros muertos víctimas de la violencia, la cual ahoga al país en estos momentos. La cita es el día 31 de octubre en el Atrio de Catedral de Culiacán, desde las 5 de la tarde.

Callarse y cruzarse de brazos frente a una situación de injusticias sociales masivas, lo que amenaza con volverse más desesperante, es lo menos aconsejable.

Hessel ha resumido en una palabra lo que motivó la movilización ciudadana de su tiempo, que nos reiteró con mucha razón en su histórica arenga: ¡indígnense! Vale.

lunes, 17 de octubre de 2011

Tú decides, trasbordas a la guerra o a la PAZ.


La mujer tiene ante sus ojos un pequeño soldado de plástico y una paloma de origami. Las figurillas son un obsequio, pero sólo puede escoger una de ellas, que una joven le extiende sosteniéndolas sobre sus palmas abiertas.

La mujer opta por el soldado y, mientras lo toma, la mano derecha de la joven, en la que yace la paloma, se va cerrando, estrujando con fuerza las alas y la cabeza de la figurilla, hasta hacer de ella un amasijo de papel.

La mujer entiende entonces lo que ha pasado. Mira al soldado de plástico, que ahora le pertenece, y luego mira de nuevo la paloma de papel, emblema de paz, destruida irremediablemente.

Sólo entonces la joven le ofrece conservar la paloma, pero así, muerta como está, la mujer no la acepta. Algo de culpa luce en su gesto y, mientras cierra su puño, ocultando así al soldadito, mira de reojo a los otros pasajeros del Metro, en especial a aquellos que desde un principio rechazaron el emblema de la guerra y, en cambio, aceptaron la paloma de papel, preservándola.

Un minuto robado

Las puertas del Metro se cierran y, como de costumbre, dentro ya hay quien recorre el vagón, arrojando sobre el regazo de cada pasajero un pequeño volante, con algo escrito. La mayoría no lee su contenido.

Luego, tal como ya es rutina, una cantilena se alza por encima de todo ruido, es la voz de un joven que, pese a su timbre grave, la mayoría no escucha.

– ¡Nosotros no venimos –grita– a venderles nada, ni a pedirles dinero… Venimos a robarles, pero no sus pertenencias, sino un minuto de su atención, durante el cual les pedimos que reflexionen en los efectos de la violencia… Esto no es un simulacro: la Guerra contra el Narco ha dejado 40 mil muertos en los últimos años..!

Se trata de Juan, que intenta imitar el tono de un vendedor ambulante, mientras Beatriz, Brenda, María Luisa y Rodrigo, todos estudiantes de arte en la ENAP, van posándose ante cada pasajero, para tenderles, en silencio, el soldado o la paloma.

“Si escogen la palomita –reflexiona Beatriz–, pues gracias, qué bueno que aportes un poco de tu conciencia, que pienses estas cuestiones y las tengas claras, y si escoges el soldado, está bien, hazlo… pero la palomita que te ofrecí se va a destruir, ese aporte de paz que pudiste haber dado se va, se pierde… con eso buscamos generar conciencia.”

Sigue leyendo esta historia urbana que sucede cada día en la Ciudad de México, en Animal Político.