jueves, 20 de octubre de 2011

EL BRILLO DE LA INDIGNACIÓN


La Montaña / Óscar Loza Ochoa

Si te encuentras con un desfavorecido,
siente pena por él pero ayúdale a ganar sus derechos.
Stéphane Hessel

El pasado sábado 15 los indignados del mundo salieron a la calle. La acción concertada de activistas espontáneos en 82 países del orbe es histórica y no tiene precedentes. El 68 es grande y tiene su lugar en la historia mundial, pero las posibilidades que resultan de este movimiento, también mundial, pueden ir más a fondo que aquel histórico año; lo dirán los meses por venir.

La conciencia y la historia parecieran marchar de la mano en estos momentos. Una vigorosa arenga de Stéphane Hessel, incansable veterano de la resistencia francesa de la Segunda Guerra Mundial y activista por los derechos humanos, sacude modorras y sentimientos de derrota a sus 93 años. Y el espíritu de las jornadas de 1968 y los años setenta, vuelven a cobrar carta de ciudadanía en las marchas de los indignados. Cientos de manifestantes en algunas ciudades; miles, decenas de miles y centenares de miles en muchas otras dan testimonio de ello.

En los países desarrollados, el corazón del capitalismo y de su sistema financiero, hay un proceso interesante en las acciones de los indignados: el plantón frente a Wall Street ya cumplió el mes, lo que ha suscitado plantones similares en otras ciudades de Estados Unidos, Inglaterra, Alemania e Italia.

En algunas urbes los indignados han enfrentado la intolerancia y la violencia oficial, es el caso de Londres, San Diego, Denver, Roma, Sevilla, entre otras, pero no ha sido suficiente para hacerlos desistir de la decisión de manifestarse contra las injusticias que provoca el actual orden económico, político y social.

Frente a esa extraordinaria e histórica jornada mundial, es necesario hacer dos comentarios sobre México: fue muy pobre la participación nuestra el pasado día 15 y la autoridad muestra anticipadamente intolerancia extrema frente al derecho elemental de manifestarse.

Es el caso de Tijuana, donde unas 40 personas habían acampado en el camellón de la avenida Paseo de los Héroes en la Zona de Río, sin interferir el tráfico vehicular. 75 agentes de las diferentes corporaciones arribaron en la madrugada de este martes 18 y se llevaron detenidas a 27 personas, y destruyeron el campamento.

Es un mal precedente frente a las movilizaciones que podrían realizarse en el país en las próximas semanas. Si la sociedad mexicana calla ante esa demostración de intolerancia y de claro corte autoritario, que criminaliza la más pacífica de las manifestaciones de inconformidad, estaremos enviando el mensaje de que, sin pagar costo social alguno, pueden reprimir los plantones y manifestaciones de los jóvenes desempleados y sin acceso a las escuelas.

Nuestra más cálida solidaridad con los valientes indignados de Tijuana, para quienes defensores de los derechos humanos de la talla de Raúl Ramírez Baena y Miguel Ángel García Leyva; nos piden el necesario apoyo en estos críticos momentos.

Y como la mejor solidaridad se da realizando tareas en el mismo contexto, en este caso de lucha de los indignados de Tijuana, el Movimiento Sinaloa por la Paz, que coincide con las inquietudes y propuestas del movimiento nacional Paz con Justicia y Dignidad, está convocando a una jornada para recordar a nuestros muertos víctimas de la violencia, la cual ahoga al país en estos momentos. La cita es el día 31 de octubre en el Atrio de Catedral de Culiacán, desde las 5 de la tarde.

Callarse y cruzarse de brazos frente a una situación de injusticias sociales masivas, lo que amenaza con volverse más desesperante, es lo menos aconsejable.

Hessel ha resumido en una palabra lo que motivó la movilización ciudadana de su tiempo, que nos reiteró con mucha razón en su histórica arenga: ¡indígnense! Vale.

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