jueves, 29 de diciembre de 2011

ADIOS AL COMPLICADO 2011


La Montaña / Óscar Loza Ochoa

El problema no es la falta de instituciones; es una falta de eficacia institucional.

David Brooks. NYTimes.

Se va el 2011 con más pena que gloria. Y si por la víspera hay que sacar conclusiones del mañana, el año 2012 se presenta con 12 meses complicados. Heladas e inundaciones golpearon severamente la agricultura mexicana y a zonas urbanas de consideración; la situación de los mercados internacionales volvieron muy vulnerables nuestras exportaciones y aunque las crisis políticas y sociales del Medio Oriente y norte de África mantienen el petróleo caro, ello no compensa la incertidumbre de nuestra economía.

El año 2012 será sobre sobre todo un año político. Comenzó siéndolo antes de nacer y sin que la agenda de quienes protagonizarán la vida pública contemple como primordial el binomio desarrollo económico y abatimiento de la pobreza.

Sin que el pesimismo sea nuestra principal divisa, por la situación que se dibuja para México en este 2012 en el contexto internacional, es importante observar las preocupaciones en Europa, particularmente en Italia después de la caída del primer ministro Silvio Berlusconi y de la Cumbre europea del 9 de diciembre. Desde el mes de mayo Giuseppe Roma, director del Instituto Italiano para la Investigación Socioeconómica, advirtió al parlamento que los jóvenes de esa nación están en peligro de extinción. Señaló que en los últimos diez años el rango comprendido entre los 15 y 34 años de edad ha perdido a dos millones de personas. Pesa la baja tasa de natalidad, pero sobre todo el aumento de la migración por la falta de oportunidades.

No hay oferta de empleos y el mercado no extraña hoy la ausencia de esos jóvenes, ni voltea a ver el 11.2 % de muchachos entre 25 y 34 años que no trabajan ni estudian a pesar de que la media europea es de sólo 3.4%. La gravedad de la situación italiana no disminuye porque en España el porcentaje de esos jóvenes sea del 40%. Lo peor en Italia es que muchos de esos muchachos han aceptado la inactividad como posible modo de vida.

La Italia de estos días no es el mejor espejo para ver nuestra realidad, pero basta contemplar que en el rango de los 15 y 29 años tenemos no menos de 7.5 millones de compatriotas sin empleo y sin asistir a las aulas. Aunque la tasa de natalidad mexicana sigue dando para exportar mano de obra al norte y para acumular esa masa de lastimosamente llamados ni-nis, baste reflexionar en la cantidad de jóvenes que migraron en la última década a Estados Unidos y Canadá.

Con todo lo doloroso que resulta económica y socialmente, muchos de nuestros jóvenes marchan fuera del país a buscar empleo, no pocos entran a la economía informal autoempleándose y ¿cuántos? ¿Cuántos jóvenes que no aceptan la inactividad como posible modo de vida sólo tienen alternativa en el mundo de la delincuencia?

Quiero insistir en que las limitaciones que nos impone la situación que vivimos no puede atarnos las manos para responder adecuadamente a los problemas. No importa que el año se despida con una nueva helada en la zona norte dañando cultivos, que no hayamos tenido equipatas o que no lleguen las cabañuelas para salvar nuestros cultivos de invierno primavera. Lo que puede salvar la situación nacional es que en la aplicación del presupuesto 2012 y en cada decisión importante gubernamental esté en el centro la persona, el ciudadano, el ser humano.

A pesar de la amarga experiencia en las inundaciones y heladas del 2011, el presidente veta un fondo de 10 mil millones de pesos que el congreso aprobó para contingencias. Sin reflexionar mucho en los saldos de una estrategia equivocada en el combate al crimen y la inseguridad, se aplaude el equívoco aumentando el presupuesto. Sigo pensando que redefinir prioridades no implica resignarse a perder los espacios y la tranquilidad pública que nos ha quitado el crimen, sino atender en su dimensión y con las estrategias adecuadas cada uno de los problemas centrales. Y el de la desigualdad social no es un asunto menor.

Por lo demás, mucho se abonará a la gobernanza y a la paz pública en México para este 2012, si el Estado atiende las recomendaciones de los organismos internacionales de parar la persecución a periodistas y defensores de derechos humanos.

Feliz año nuevo a todas y todos los mexicanos.

jueves, 22 de diciembre de 2011

INCERTIDUMBRES Y ESPERANZAS 2012


La Montaña / Oscar Loza Ochoa

El dinero es un culto sin herejes.

Pablo Boneu

2011 fue un año de fuertes claroscuros en el terreno de la economía, la seguridad y los derechos humanos. El balance del año es un ejercicio obligado para los mexicanos, pues no sólo debe quedar clara la senda que hemos caminado en los últimos doce meses, sino como enfrentamos el 2012.

El entorno mundial es de preocupación. Los acuerdos promovidos por Alemania y Francia a empellones alcanzaron una playa, sin que puedan presumir tierra firme; sobre todo con sociedades tan lastimadas como la griega, la italiana y la española, entre otras y con una Inglaterra que cree que huir a las responsabilidades comunitarias la salva mejor de la crisis europea. Estados Unidos se debate entre el alto desempleo, una pronunciada desigualdad social que ya rosa los extremos de los años veinte del siglo pasado, con los déficits de endeudamiento y fiscal más altos de la historia y un choque parlamentario entre políticas que favorecen a la clase media y al llamado 1% (privilegiados). Mientras Japón, que es otro de los grandes centros nerviosos del sistema capitalista, está postrado con una deuda que equivale al 220% de su PIB y la imposibilidad de recuperarse de la tragedia del terremoto y del tsunami antes de 40 años.

Los organismos internacionales como la OCDE y la CEPAL, pronostican que el crecimiento de la economía será a la baja en los dos próximos años y bajo el riesgo de una profundización de la crisis. Por cierto nos dice la CEPAL que el crecimiento de México estará por abajo del promedio de América Latina (3.7%).

No deja de llamar la atención que habiendo sufrido reiteradamente inundaciones en algunas regiones del país, severas sequías y heladas en otras, la desesperación social no llevó a expresiones violentas en México. A pesar de que no se invirtieron las cantidades de dinero requeridas para la recuperación. Increíble, pero mientras ello sucedía, el gobierno mexicano prefirió no tocar las reservas internacionales que pudieron paliar mejor la situación de cientos de miles de damnificados. Ahora presume el presidente que hay más de 141 mil millones de dólares en reserva y que blindan la economía frente a los riesgos internacionales. Lástima que ese blindaje no llegue a los más 7.5 millones de jóvenes que no tienen trabajo ni posibilidad de asistir a una escuela. Más penoso sería que ese bien de la Nación (las reservas) parara en manos de los especuladores internacionales, como ya sucedió en diciembre de 1994.

Con más preocupación que alegría vemos como llega 2012 y con él las campañas electorales. Hay incertidumbre de doble hélice: no hay propuestas serias para resolver los problemas centrales del país y el discurso es la confrontación. La pobreza y la desigualdad social no son eje de las precampañas y se corre el riesgo de que los pobres sólo sean la masa manipulable.

Los organismos de la sociedad civil deben pensar en que ha llegado la hora de que la misma sociedad proponga agenda e influya en el discurso y en los compromisos de los candidatos. La actitud pasiva de otros tiempos no ha dejado mejores resultados.

Y no faltan temas ni problemas para destacar a la hora de interpelar a los candidatos. Al menos creo que algunos que deben ser consideramos en primer término son los siguientes: la pobreza, la violación de derechos humanos, persecución de defensores de derechos humanos y periodistas, el desempleo, la inseguridad, la impunidad en los delitos y la corrupción oficial.

Si la producción de riqueza no ha dejado de crecer, tampoco la generación de pobres. Y los límites soportables de desigualdad social que aconsejó Louis D. Brandeis para Estados Unidos, se han rebasado desde hace mucho en México. Algún compromiso debe arrancarse a los candidatos para detener tanta injusticia social y el inminente riesgo de conflictos sociales de mayor calado.

Tampoco la sociedad puede aceptar callada los terribles saldos que dejan las políticas públicas de seguridad, que atienden más las consecuencias que las causas de los delitos que dicen perseguir. Las cuentas dejan la peor herida que el país ha sufrido desde los tiempos de la Guerra Cristera (1926-29): más de 50 mil muertes violentas, más de 5 mil desaparecidos, más de 75 mil huérfanos y centenares de miles de desplazados por la violencia. Algo tendrán que decir quienes nos quieren gobernar.

Los tiempos que vive México exigen que hablemos con claridad, que no ocultemos las cosas ni sus consecuencias sociales. El viejo Brandeis dijo con mucha entereza ante su sociedad de principios del siglo pasado que “podemos tener democracia o tener la riqueza concentrada en manos de unos pocos, pero no podemos tener ambas.” Nuestro deber tiene la misma magnitud y responsabilidad. Vale.

jueves, 15 de diciembre de 2011

JESUS MICHEL Y MARISELA ESCOBEDO

La Montaña / Oscar Loza Ochoa

A la valentía de los normalistas de Ayotzinapa,

a la memoria de sus mártires.

México es un páramo de tragedias. Tantas desgracias se nos acumulan en pocos años que ya tenemos aniversarios luctuosos por partida doble. Esa es la terrible realidad que vivimos los defensores de derechos humanos.

El día 16 de diciembre ha sido una fecha para recordar a Jesús Michel Jacobo, uno de los fundadores de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa. Michel nació del tumulto social de los sesenta. Y también fue de los que forjó ese tumulto. La autonomía universitaria no se concibe sin sus afanes, ni la acción pionera del servicio social universitario, tampoco la lucha por la democratización de la UAS.

Dedicado a la organización regional y nacional de los abogados y a la consolidación de la CDDHS, su intensa y apasionante vida deja una huella imborrable entre los litigantes y entre los defensores de derechos humanos.

En este 16 de diciembre tenemos que sumar otra efeméride tan dolorosa como la que recuerda a Michel. Hace un año la señora Marisela Escobedo desafiaba las inclemencias del tiempo con un plantón frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua. Exigía justicia para el caso de su hija Rubí Marisol, asesinada dos años antes por su pareja. Su plantón era también un desafío a la autoridad cómplice, al asesino mismo cobijado en la impunidad y al miedo que deja en la orfandad a la sociedad chihuahuense.

Marisela junto a la familia Reyes Salazar, Alma Gómez y muchas mujeres más, mantuvieron un activismo ejemplar en Chihuahua, inspirando todo un movimiento que en poco tiempo envolvió a familiares con desaparecidos en Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Durango, Baja California, Sinaloa, Guanajuato y el Distrito Federal. La última reunión de este movimiento se realizó en la ciudad de Chihuahua, ella estuvo presente allí. Los acuerdos finales, entre ellos una marcha nacional para marzo de 2011, tenían el sello de esas mujeres. Los asesinatos de Marisela el 16 de diciembre pasado y de la señora Josefina Reyes el 3 de enero de este año, terminaron con todo un proyecto de lucha en el norte del país.

Estos antecedentes y estos hechos nos hermanan fuertemente el día 16. Son los elementos del barro sobre el que se forja el nuevo movimiento Paz con Justicia y Dignidad de Javier Sicilia. Son también ingredientes imprescindibles para seguir viendo con esperanza el futuro de los derechos humanos a pesar de los nubarrones en nuestro entorno.

De una cosa estamos seguros: no pueden vencer a esta sociedad las contradictorias notas que nos dibujan las desigualdades y las injusticias sociales hoy. El presidente Calderón presume que nuestras reservas nacionales rebasan los 141 mil millones de dólares. No dice que junto a ello hay 52 millones de pobres en el país que en nada les beneficia esa montaña de dólares. Un desempleado de Los Mochis fue detenido el pasado lunes 12 cuando huía con el producto de su robo: alimentos con un valor de 192.20 pesos; mientras se anunciaba que los senadores de la República recibirán durante el mes de diciembre al menos 520 mil pesos por concepto de dietas, aguinaldo y bonos.

Definitivamente esas notas no pueden vencer nuestra decisión de forjar un México diferente, porque el país estaría perdido y sin remedio.

Para quienes puedan y quieran acompañarnos en el homenaje a Jesús Michel y a Marisela Escobedo, los esperamos en calle Antonio Rosales casi esquina con avenida Vicente Guerrero, frente a la Escuela Primaria Eustaquio Buelna (la ocho). Vale.

jueves, 8 de diciembre de 2011

LEY SOBRE DESAPARICION DE PERSONAS


La Montaña / Oscar Loza Ochoa

Ahora no sólo es el tiempo de gritar.

Irel Faustina Bermejo

Dos veces tocamos las puertas del Congreso del Estado y dos veces no escucharon. En el amanecer de 1980 presentamos una iniciativa de Ley de Amnistía para los presos, perseguidos, exiliados y desaparecidos por motivos políticos y recibimos una rotunda negativa del pleno de la Cámara. Eran los tiempos del gobernador Antonio Toledo Corro. Apenas despuntaba el presente Siglo y nos presentamos de nuevo ante la Soberanía del Estado con una iniciativa de Ley sobre Desapariciones Forzadas, tampoco hubo comprensión de los legisladores.

Ahora, después de haber sufrido tres negras etapas a lo largo de más de 30 años en materia de desaparición de personas, volvemos a la carga con una nueva propuesta de Ley sobre Desaparición Forzada de Personas. Imperdonable es que lamentando 42 casos de personas desaparecidas entre 1975 y 1979; más una lista de 87 personas con la misma calidad de desaparecidos entre 1994 y 2003 y no menos de 252 entre 2006 y 2011, no insistamos en una propuesta de legislación estatal sobre el particular.

Impostergable resulta para el Congreso de Sinaloa dar una respuesta sobre una demanda tan sentida por muchas familias sinaloenses. Con mayor razón ante la ausencia de reacción positiva de parte de la Procuraduría General de Justicia en esta materia, cuyo resultado es una completa impunidad de los casos de desaparición forzada. No hay intención alguna de molestar a quienes tanto han ofendido a la sociedad.

Enterarse del número de desaparecidos es conocer una parte del problema. Conocer la actitud de la autoridad frente al problema (por participar en él, cerrar un ojo o los dos cuando los particulares practican la desaparición de personas) es descubrir la verdadera dimensión del fenómeno. Ello explica que no haya en Sinaloa ni en México una sola persona purgando condena por haber desaparecido a otra.

Tres grupos de familiares han surgido en estos largos años para enfrentar la práctica de la desaparición: la Unión de Madres con Hijos Desaparecidos, el Grupo Esperanza y Voces Unidas por la Vida. Ninguno ha ablandado el corazón del sistema de justicia en México. Algunas Madres de la primera organización como Chuyita Caldera y María Carbajal ya fallecieron. Se fueron a la tumba con el inmenso dolor de no conocer del paradero y de la suerte de los hijos que parieron y de los que adoptaron como propios durante su lucha.

La sensibilidad social se manifestó a flor de piel en los años setenta y obligó a la autoridad a promover una Ley de Amnistía. Los presos políticos, los perseguidos y los exiliados regresaron a casa y se incorporaron a la vida productiva y a la vida política. Sólo algunos desaparecidos recobraron la libertad. Sólo algunos. El resto sigue en la misma situación. Los responsables tienen intereses que van más allá de los sexenios gubernamentales y de los colores de los grupos que gobiernan.

La sociedad de hoy no ha perdido la sensibilidad, pero está abrumada. Sus viejos sueños de libertad son las pesadillas del presente. El Estado que padece y los grupos de poder dominantes no le dejan portillo para respirar. Tal es su situación que atiende el vuelo sin mirar sus alas, como sentenciara el vate Francisco de Quevedo. Sabe que no habrá justicia ni democracia con desapariciones forzadas de sus ciudadanos.

El Congreso de Sinaloa de hoy debe probar que sí es más sensible que las legislaturas que lo conformaron en las décadas anteriores. Saben que la desaparición forzada de personas es el delito que más impunidad acumula en Sinaloa y en México. Conocen de las inquietudes expresadas por los organismos ciudadanos y por las instituciones internacionales como la ONU, Amnistía Internacional, Human Rights Watch, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En memoria de doña Chuyita Caldera y de las madres con hijos desaparecidos que siguen esperando, les preguntamos a nuestros diputados ¿qué les responderán ahora?

El día viernes 9 por la mañana tocaremos las puertas del Congreso del Estado para registrar la iniciativa de Ley sobre desaparición forzada de personas. La Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa y el resto de los convocantes esperamos que valientes ciudadanos nos acompañen. ¿Quiénes se apuntan?

sábado, 3 de diciembre de 2011

POBREZA Y EXCLUSION SOCIAL

La Montaña

Óscar Loza Ochoa

¿En qué estás pensando México?

¿A quién quieres para quererlo?

¿A quién odias para odiarlo?

Fernando Vallejo

Los pobres no tienen biografía –dice Luiz Ruffato-. Tiene mucha razón, porque nombre, nombre y apellidos son exclusivos de los que mandan en la sociedad. Tampoco tienen rostro ni historias personales, porque la marginalidad sólo puede prestarles su propia identidad: la de la miseria.

Los pobres quieren estar dentro de la sociedad, pero no pueden. Ser marginal, es estar fuera de la sociedad. Así retrata el autor brasileño a quienes hoy pastorean sus tragedias y la exclusión social en las favelas de Brasil, en los arrabales de Argentina y en los cinturones de miseria de México.

Ese es el estado que guardan los pobres de América Latina y que se reproduce en su propio laberinto, sin incubar una posible salida. Es una situación que se desenvuelve en círculos concéntricos cada vez más amplios, acercándose fatalmente a un inevitable abismo. Su reto es encontrar el camino que rompa ese laberinto, antes de alcanzar el cercano abismo que nos arrastre a todos al despeñadero social.

Varios factores internos y externos conspiran contra toda posibilidad de enfrentar la pobreza y sus consecuencias. Los crecientes tropiezos de la prolongada crisis europea, la peligrosa esquizofrenia que empieza a ganar a la economía norteamericana, los desatinos de los neoliberales panistas en materia económica y la profundización de los problemas de seguridad en México, nublan el horizonte próximo al tratar el asunto de remontar la pobreza.

Para la ONU y para la OEA, la pobreza no es el pasajero dolor de cabeza que nos hace pasar una mala noche, es desde hace tiempo una permanente pesadilla que amenaza toda la estructura social y la gobernanza (gobernabilidad) de los países. Por eso es loable es esfuerzo que el Instituto Interamericano de Derechos Humanos está haciendo al promover el análisis de la pobreza desde el punto de vista de los derechos humanos.

Para el IIDH la pobreza (la marginalidad para Ruffato) es un fenómeno que impide el ejercicio pleno de los derechos más elementales como a la alimentación, salud, educación, vivienda, etc. Pero pobreza no es fatalidad ni es destino inevitable, siempre habrá una salida al lado de la que nos impone la situación de hoy. La Institución académica de la OEA plantea que la participación política y social de los pobres poder romper el círculo vicioso de la pobreza. La promoción de sus derechos y la conciencia de ser parte de una sociedad y de un país, puede llevar a esas comunidades marginales a adquirir los rudimentos de la organización y ejercer la ciudadanía con todas las implicaciones que ello obliga, remontando su principal problema: la exclusión social.

Vittorio Corasaniti y Juan Navarrete del IIDH estarán este jueves 1° de diciembre en la comunidad de El Ranchito de Teputcahui, El Fuerte, con la comunidad mayo-yoreme, exponiendo el tema de la pobreza y los derechos indígenas; el día viernes 2 se sumará a este esfuerzo Emilio Álvarez Icaza del movimiento Paz con Justicia y Dignidad, para reflexionar con activistas de colonias populares, pepenadores de la ciudad de Culiacán, pescadores, familiares con desaparecidos e intelectuales, sobre los problemas de la pobreza y sus consecuencias sociales.

Los eventos tienen un alto significado social y debieran llamar la atención de los activistas e intelectuales comprometidos en ampliar la democracia en esta sociedad. Saben que no habrá democracia plena en la desigualdad social. Mientras haya ciudadanos en la pobreza extrema (marginalidad) hay exclusión social. Y la exclusión es antidemocracia, simple y llanamente.

Hay compañeros que adelantan algunas propuestas para analizarlas en los encuentros mencionados. Los primeros pasos para combatir la pobreza y la desigualdad social deberán pasar por una Ley de derechos indígenas (inexistente en Sinaloa), la articulación con controles sociales de los programas oficiales para combatir la pobreza, apoyo a proyectos de los pepenadores y una Ley sobre desaparición de personas en Sinaloa. Vale.