jueves, 15 de diciembre de 2011

JESUS MICHEL Y MARISELA ESCOBEDO

La Montaña / Oscar Loza Ochoa

A la valentía de los normalistas de Ayotzinapa,

a la memoria de sus mártires.

México es un páramo de tragedias. Tantas desgracias se nos acumulan en pocos años que ya tenemos aniversarios luctuosos por partida doble. Esa es la terrible realidad que vivimos los defensores de derechos humanos.

El día 16 de diciembre ha sido una fecha para recordar a Jesús Michel Jacobo, uno de los fundadores de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa. Michel nació del tumulto social de los sesenta. Y también fue de los que forjó ese tumulto. La autonomía universitaria no se concibe sin sus afanes, ni la acción pionera del servicio social universitario, tampoco la lucha por la democratización de la UAS.

Dedicado a la organización regional y nacional de los abogados y a la consolidación de la CDDHS, su intensa y apasionante vida deja una huella imborrable entre los litigantes y entre los defensores de derechos humanos.

En este 16 de diciembre tenemos que sumar otra efeméride tan dolorosa como la que recuerda a Michel. Hace un año la señora Marisela Escobedo desafiaba las inclemencias del tiempo con un plantón frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua. Exigía justicia para el caso de su hija Rubí Marisol, asesinada dos años antes por su pareja. Su plantón era también un desafío a la autoridad cómplice, al asesino mismo cobijado en la impunidad y al miedo que deja en la orfandad a la sociedad chihuahuense.

Marisela junto a la familia Reyes Salazar, Alma Gómez y muchas mujeres más, mantuvieron un activismo ejemplar en Chihuahua, inspirando todo un movimiento que en poco tiempo envolvió a familiares con desaparecidos en Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Durango, Baja California, Sinaloa, Guanajuato y el Distrito Federal. La última reunión de este movimiento se realizó en la ciudad de Chihuahua, ella estuvo presente allí. Los acuerdos finales, entre ellos una marcha nacional para marzo de 2011, tenían el sello de esas mujeres. Los asesinatos de Marisela el 16 de diciembre pasado y de la señora Josefina Reyes el 3 de enero de este año, terminaron con todo un proyecto de lucha en el norte del país.

Estos antecedentes y estos hechos nos hermanan fuertemente el día 16. Son los elementos del barro sobre el que se forja el nuevo movimiento Paz con Justicia y Dignidad de Javier Sicilia. Son también ingredientes imprescindibles para seguir viendo con esperanza el futuro de los derechos humanos a pesar de los nubarrones en nuestro entorno.

De una cosa estamos seguros: no pueden vencer a esta sociedad las contradictorias notas que nos dibujan las desigualdades y las injusticias sociales hoy. El presidente Calderón presume que nuestras reservas nacionales rebasan los 141 mil millones de dólares. No dice que junto a ello hay 52 millones de pobres en el país que en nada les beneficia esa montaña de dólares. Un desempleado de Los Mochis fue detenido el pasado lunes 12 cuando huía con el producto de su robo: alimentos con un valor de 192.20 pesos; mientras se anunciaba que los senadores de la República recibirán durante el mes de diciembre al menos 520 mil pesos por concepto de dietas, aguinaldo y bonos.

Definitivamente esas notas no pueden vencer nuestra decisión de forjar un México diferente, porque el país estaría perdido y sin remedio.

Para quienes puedan y quieran acompañarnos en el homenaje a Jesús Michel y a Marisela Escobedo, los esperamos en calle Antonio Rosales casi esquina con avenida Vicente Guerrero, frente a la Escuela Primaria Eustaquio Buelna (la ocho). Vale.

No hay comentarios:

Publicar un comentario