jueves, 15 de septiembre de 2011

16 DE SEPTIEMBRE 2011


La Montaña / Oscar Loza Ochoa

A doña Rosario Moreno de Díaz, fallecida el 14 de septiembre de 2001 en plena lucha por la presentación de su hijo.

Las cicatrices insanas en la piel de la patria son los crecientes dolores que dibujan nuestra soledad. Se experimenta una fresca sensación saber que la República conmemora sus 201 años de vida, pero los tropiezos que ha vivido en sus últimas décadas imponen preocupación y tristeza ante un presente tan complicado e injusto.

Considero necesario comentar que un grupo numeroso de ciudadanos ha hecho comentarios y propuestas sobre la jornada del 16 de septiembre. Van al grano al afirmar que no hay nada que conmemorar. Son contundentes cuando señalan que la pobreza extrema sigue ganando terreno en México y la desigualdad social se ha convertido en nuestra carta de presentación.

Y han propuesto a través de las redes sociales que no se asista a los actos oficiales de conmemoración del 16 de septiembre o que estando es esos lugares se les dé la espalda a los funcionarios públicos, como protesta ante sus faltas como servidores incumplidos.

Pensando en las inquietudes de esos ciudadanos, es obligado recordar que en 1981 los universitarios comenzaron a organizar la noche del grito como una forma de legitimar los fueros de la Universidad Autónoma de Sinaloa frente a los embates del gobernador Antonio Toledo Corro y se le dio un nuevo contenido a esa fecha patriótica.

Los problemas nacionales reclaman la participación de amplios sectores de la sociedad, pero el entorno no ayuda mucho. Pareciera que el principio de fatiga ha permeado las filas de ciudadanos tradicionalmente combativos.

Y vaya que los problemas que padece la nación no son ni pocos ni superficiales: el desempleo es alarmante, la pobreza ha mayor cobrado fuerza desde 2008, la desigualdad social en nuestro país es una de las más injustas a nivel internacional y la violencia, la corrupción y la inseguridad son el sello de un lamentable presente. No termina aquí la tragedia nacional, hay que incluir al menos a los 9.2 millones de jóvenes a quienes se ha negado su inclusión en la escuela o en el trabajo (los ninis).

En Culiacán, hemos abierto una agenda entre la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa, el organismo Voces Unidas por la Vida y la Procuraduría General de Justicia. No hay avances en el trato a los problemas planteados, porque no hay voluntad para atenderlos. La respuesta concreta para los problemas de desapariciones forzadas, homicidios, abusos de autoridad y otros no llega. La sociedad tiene que pensar en cómo salir de esta trampa y dejar de cruzarse de brazos.

Los activistas de siempre ponemos nuestro granito de arena: estaremos presentes en el desfile del día viernes 16 en el tradicional Plantón de familiares con desaparecidos, frente a Palacio Municipal. Y en el Día Mundial por la Paz que se conmemora el próximo miércoles 21 promoveremos una actividad en coordinación con otros organismos, donde deben anotarse los periodistas, académicos, abogados y activistas de derechos humanos.

Una luz de inquietud y esperanza social recorre el sur del país y nos convoca a través de Javier Sicilia a no desmayar en estos momentos. Con estas actividades saludamos a la caravana de la dignidad y el próximo 2 de octubre refrendaremos el saludo. Vale.

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