miércoles, 21 de septiembre de 2011

21 DE SEPTIEMBRE DIA INTERNACIONAL DE LA PAZ

Oscar Loza Ochoa

Que sea la Paz con su justo y benéfico equilibrio la que domine el desarrollo de la historia futura.

Paulo VI

Vietnam era la conciencia de los justos del mundo, pero no el único pueblo víctima de los guerreristas del siglo pasado. Por eso la palabra paz adquirió la dimensión universal que reclamaron los pacifistas y las numerosas víctimas de aquel momento histórico. Y la iniciativa del Papa Paulo VI en medio del incendio provocado por los padrinos de la guerra el 1° de enero de 1968, fue la respuesta esperada y anhelada por las mujeres y hombres de buena voluntad. Él propuso que en cada inicio de año se viera la oportunidad para promover resoluciones pacíficas en los conflictos y hacer un alto en las hostilidades, al menos ese día.

El 30 de noviembre de 1981 la Asamblea General de la ONU en su Resolución 36/67 proclamó el 21 de septiembre Día Internacional de la Paz y lo ratificó en el 2001. La intención fue coincidir con el inicio del periodo ordinario de sesiones y recordar a los jefes de Estado que comparecen en esas fechas la grave responsabilidad que implica romper los principios de la paz.

Qué bueno que hoy hablemos de paz en Sinaloa y en México. No hay mejor momento para retomar el tema, pues los saldos de la violencia han ido agotando con pasmosa velocidad los reductos en que buscamos refugio en el pasado. No han podido escapar a ella las familias más pacíficas, ni las más religiosas, ni las más ricas, ni las más pobres.

Hay desesperanza porque la esperanza también ha sufrido serios reveses. La pobreza y la desigualdad social cobran la más vergonzosa actualidad y, desde luego, su creciente cuota de víctimas entre los niños, las mujeres, los jóvenes, los indígenas y los ancianos. La autoridad no se hace cargo de las tareas que le corresponden, baste señalar que ante la Procuraduría el número de víctimas que reclama justicia no sólo se incrementa a diario, los casos han pasado a ser estadísticas. Aquí hay familiares de víctimas que pueden informar si sus casos llevan el seguimiento debido. Los funcionarios de las diferentes áreas se han vuelto sordos, ciegos y mudos (cuando les conviene) y comienzan a desarrollar una nueva cualidad: se vuelven invisibles cuando las circunstancias exigen mayormente su presencia.

El entorno social se ha enrarecido al agravarse la situación económica y las posibilidades que cada grupo social o familias podían encontrar. Los jóvenes desempleados y sin oportunidad de ir a la escuela experimentan de la peor manera esa situación. Y como en pocas épocas de nuestra historia nacional, la clase política que dirige el país (sin distingos de partidos) lejos de ver en la crisis presente una oportunidad de coincidencias para resolverla, le ha parecido el mejor ring para la disputa y la rencilla, marginando las posibilidades del acuerdo y la conciliación nacional.

Y, por si fuera todo esto un asunto menor, los medios de comunicación de mayor impacto parecieran renunciar al deber de informar a la sociedad. No sólo los representantes de la autoridad y de los grupos económicos son fuente de noticia y de interés para todos. También son noticias lo que dicen y hacen los movimientos de los pobres y de las víctimas que por la falta de prevención, por la acción o por la omisión de la autoridad se multiplican a lo ancho y largo de nuestra geografía.

Hacemos un angustioso llamado a los compañeros periodistas, para que luchen profesionalmente contra los vacíos que hoy existen en la prensa sobre las noticias de los excluidos, de los marginados, de las víctimas y la lucha social que busca dignificarlos. Nadie ganará si imperan estos vacíos. Al contrario, todos hemos perdido: el movimiento social a defensores del pueblo muy valiosos, ustedes a periodistas honestos y valientes que garantizan los espacios de libertad de expresión y de prensa. Y la sociedad pierde con ello espacios vitales para la vida democrática.

En honor de todas y todos los presentes y para conmemorar dignamente el Día Internacional de la Paz, recurro a la inteligencia y al buen humor de Mario Benedetti:

Oda a la pacificación

No sé hasta donde ir no sé.

Los pacificadores con su ruido metálico de paz

Pero hay ciertos corredores de seguro

que ya colocan póliza contra la pacificación

Y hay, quienes reclaman la pena del garrote

para los que no quieren ser pacificados

Cuando los pacificadores apuntan, por supuesto

tiran a pacificar

Y a veces, hasta pacifican dos pájaros de un tiro

Es claro que siempre hay algún necio

que se niega a ser pacificado por la espalda

O algún idiota que resiste la pacificación

a fuego lento

En realidad, somos un país tan peculiar

que quien pacifique a los pacificadores

un buen pacificador será.

Muchas gracias.

Texto leído por el maestro Oscar Loza Ochoa, en representación del grupo Sinaloa por la PAZ, con motivo de la celebración del Día Internacional de la PAZ.

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