
Ciclistas reclaman "desnudos", cultura de respeto a automovilistas en el DF.
La escena se repite en Buenos Aires, Sao Paulo, Ciudad de México, Quito, Santiago o Bogotá: largas filas en las vías principales; conductores que se impacientan, bocinas, imprudencia, invasión de carril, ruido, violencia verbal, estrés, gases, trancón, taco, embotellamiento o como quiera llamársele. Se para y se arranca cada tres metros. Inmovilidad.
El vehículo, esa maravilla de máquina que revolucionó al mundo a finales del siglo XIX y comienzos del XX; que acortó distancias y dio origen a un nuevo estilo de vida, está asfixiando a las ciudades. A tal punto, que en muchas de ellas ya se les considera su principal enemigo.
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